Alimentación escolar más allá de la escuela
Para incentivar a las familias a que no dejen de lado la educación de los niños durante la pandemia y apoyar su nutrición, UNICEF junto a sus socios distribuyen kits de alimentos y materiales escolares en las comunidades más vulnerables.

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La pandemia por la COVID-19 cambió la vida de los niños, niñas y adolescentes para siempre. El cierre prolongado de las escuelas, debido al coronavirus, ha dejado a 137 millones de niños y niñas en el mundo sin recibir educación presencial. En Venezuela, se estima que 6.8 millones de niños han sido afectados . Para cada niño, niña y adolescente, cada día que pasa sin asistir a la escuela puede significar el riesgo de abandonarla.
Ante las nuevas circunstancias y retos para mantener a los niños en las escuelas e incentivar a los que han salido a que regresen a ella, UNICEF Venezuela junto a sus socios ajustó su respuesta en terreno. Siguiendo los protocolos de bioseguridad, ha desplegado a sus equipos en diversas regiones del país para hacer llegar a los niños, niñas y adolescentes los materiales educativos que faciliten su enseñanza en casa, así como bolsas de alimentos para ser preparados por sus padres o cuidadores. De esa manera los estudiantes continúan recibiendo el mismo tipo de alimentación que antes de la pandemia tomaban en el comedor escolar.


Cuando los niños, niñas y adolescentes no pueden asistir a la escuela, se ven privados de algo más que de su educación, pierden su rutina de estudio y el espacio de socialización con sus pares; además, muchos de ellos dependen de los programas de alimentación escolar para recibir su única comida nutritiva del día. Este programa que apoya UNICEF en Venezuela es un incentivo para la continuidad académica y el fortalecimiento nutricional.


Lismaris es una de las madres que recibe este apoyo para su familia. Comenta que antes de la cuarentena por la COVID-19 sus hijos asistían a un comedor comunitario al oeste de Caracas; ahora no pueden hacerlo porque el comedor está temporalmente cerrado, pero ella cuenta con el apoyo del programa la Educación No Puede Esperar que UNICEF junto con sus socios operan para apoyar a las familias con niños en riesgo de deserción escolar o fuera de la escuela.
“Yo trabajo limpiando la casa de una familia, pero ahora por el Coronavirus no estoy yendo a trabajar”, comenta Lismaris mientras espera su turno para retirar los suministros.
Desde que comenzó la cuarentena en Venezuela, esta madre de familia, único soporte económico en su casa se las ha ingeniado para impulsar el aprendizaje de sus hijos en casa y asegurarles alimentos.
“Mis hijos están bajos de peso. Este programa (La Educación No Puede Esperar) es una gran ayuda ahora que no puedo salir a trabajar. Yo me siento muy feliz por este apoyo y espero que pronto mi hijo pueda ir nuevamente a la escuela”, comenta conmovida.


En algunas escuelas apoyadas por UNICEF, los adolescentes que reciben clases de oficios para la vida son los responsables de retirar directamente los kits de alimentos de manera mensual junto a sus familias.
Con su trabajo y el de sus socios, UNICEF Venezuela permite el acceso y la continuidad de la educación de más de 555.000 niños, niñas y adolescentes en el país, incluyendo población indígena. Entre las acciones que se llevan a cabo, además de la distribución puerta a puerta de material escolar y kits de alimentos, están las actividades de apoyo socioemocional, actividades de educación a distancia, programas de reinserción escolar, capacitaciones e incentivos para apoyar el trabajo de los docentes.
Sin embargo, la pandemia continúa y son muchos los niños, niñas y adolescentes venezolanos que requieren apoyos para su educación y nutrición. UNICEF sigue trabajando incansablemente para llegar a quienes más lo necesitan, por lo que hace un llamado a la comunidad internacional por USD $201.8 millones de dólares para poder seguir apoyando a la niñez venezolana.