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Día Mundial de los Niños 2020

En el 2020 la humanidad demostró que se puede unir con un objetivo en común. Hoy el desafío es que niños, jóvenes y adultos se unan como #UnaSolaGeneración para hacer frente al cambio climático.

UNICEF Uruguay
Dos adolescentes mujeres. Una de ellas, levantando un megáfono; la otra, sosteniendo un cartel que lee “La tierra está muriendo”. Detrás de ellas, el Palacio Legislativo de Uruguay. Abajo a la izquierda se lee "Un solo planeta, una sola generación"
UNICEF/Uruguay/2020/Barreiro

Cada 20 de noviembre, en conmemoración de la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño, niños, niñas y adolescentes toman el protagonismo y hacen oír sus voces en torno a los temas que más les preocupan y los afectan.

Este año, la humanidad demostró que se puede unir por un mismo objetivo. Sin embargo, la crisis climática ha perdido atención en los últimos meses. Niñas, niños y adolescentes en todo el mundo han seguido trabajando para generar conciencia sobre el cambio climático. Este 20 de noviembre, invitan todas las personas, grandes y chicos, a unirse como #UnaSolaGeneración para enfrentar este problema tan urgente.

Manifiesto

Proceso de participación adolescente

A partir de la convocatoria realizada desde UNICEF Uruguay, jóvenes de todo el país con interés en clima y medio ambiente llevaron adelante un proceso de participación durante todo el 2020, en el que se formaron y reflexionaron en torno a este tema. A través de encuentros virtuales de trabajo conjunto elaboraron un manifiesto que reúne sus perspectivas y propuestas en torno a cinco ejes.

Energía limpia

En nuestro país hubo avances importantes. Somos pioneros en la generación de energía con base en fuentes renovables, como, por ejemplo, la eólica; avanzamos en electricidad doméstica y en la incorporación de vehículos eléctricos e híbridos en el transporte público. 

Sin embargo, esto no nos puede hacer pensar que no hay nada para cambiar. En el ámbito del transporte, es necesario acelerar los avances para disminuir de forma urgente la emisión de GEI y lograr las mejoras necesarias. El impacto del transporte de materias primas y productos industrializados es otra área que debemos abordar. 

Es necesario hacer hincapié en generar conciencia, brindar información clara y precisa, hablar más de las causas de la contaminación. 

Es importante tener en cuenta que hoy en día lo eléctrico tampoco es una solución del todo efectiva, ya que queda aún por resolver la gestión de las baterías que forman parte de estas soluciones.

Proponemos: 

—Adaptar la infraestructura para ir hacia el transporte más sustentable: promover la movilidad peatonal en lugares específicos, como se ha realizado durante la pandemia; fomentar el uso del transporte público; incrementar los circuitos de ciclovías y realizar estacionamientos exclusivos para bicicletas en todo el país.

—Continuar avanzando en el desarrollo de incentivos, mediante subsidios, para la adquisición de vehículos eléctricos, a la vez que se generen soluciones para la correcta gestión de las baterías. 

—En cuanto al impacto del transporte de materias primas o productos de las industrias, realizar un diagnóstico de la situación y motivar el consumo local desde redes accesibles. 

Gestión de residuos

La concientización y la reflexión son fundamentales para el consumo responsable: estar al tanto y conocer la composición de un producto nos permite prever las consecuencias ambientales de la obtención de sus materias primas, su producción, empaquetado, transporte, distribución, consumo y desecho. 

Si bien existen sanciones asignadas a los actos de contaminación por parte de ciudadanos o empresas, tanto nacionales como multinacionales, estas son insuficientes o apuntan a grados de contaminación muy altos que no suelen ser alcanzados. 

Proponemos: 

—Implementar planes de gestión de residuos eficientes, soluciones domésticas y para la vía pública, en coordinación con cada municipio, tomando como referencia experiencias de otros países. 

—Fomentar el reciclaje remunerando con tickets para transporte, supermercado, cine, etc. 

—Mejorar la fiscalización y la aplicación de sanciones (como trabajo comunitario) y multas mayores para las empresas por no garantizar la trazabilidad y gestionar correctamente sus residuos. Volcar lo recaudado a iniciativas que promuevan el cuidado del ambiente.  

—Avanzar en los cambios de estructuras buscando transicionar hacia la economía circular. 

Producción sostenible

La regulación de la producción en empresas nacionales y multinacionales en Uruguay generó controversias. Existen casos de empresas que liberan sustancias agrotóxicas al suelo y el agua, con los que nosotros convivimos. A modo de ejemplo, estudios de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, que han sido divulgados por la prensa, muestran que los niveles de fósforo en las áreas de Palmar, Baygorria y Rincón del Bonete llegan a ser cuatro veces más altos que lo permitido. 

Esta sustancia favorece la proliferación de cianobacterias que liberan toxinas y descomponen consumiendo el oxígeno presente en el agua, creando así el estado de hipoxia también conocida como una zona muerta. Allí ya no podrán convivir especies, y sus alternativas pasan a ser la migración forzada o la extinción. 

El uso de los transgénicos en sí mismos no tiene por qué ser negativo, pero la mayoría fueron diseñados para ser resistentes al uso de plaguicidas tóxicos. De esta forma, los cultivos sobreviven, pero puede provocar la eliminación de especies, sean plagas o no, presentes en el ambiente. 

Proponemos: 

 —Incentivar, desde las escuelas, la alimentación basada en vegetales frente a una cultura que promueve el consumo de carnes, ya que los cultivos que se utilizan para el consumo del ganado, en su mayoría, requieren agrotóxicos. 

—Promover el consumo orgánico, el vegetarianismo y el veganismo como elecciones que impliquen una alimentación sustentable y saludable. 

—Aumentar las redes de agroecología, fomentando la creación de huertas comunitarias en las escuelas y liceos donde se pueda utilizar como proyecto de estudio. 

—Promover el uso de químicos orgánicos, naturales y no invasivos; identificar en el etiquetado de productos como alimentos, cosmética, textiles, entre otros, todos los químicos utilizados, de forma legible y destacada. 

Participación ciudadana

Si bien en Uruguay hay un órgano de participación pública referido a los temas ambientales —la Comisión Técnica Asesora para la Protección del Medio Ambiente—, no tenemos conocimiento de sus actividades y es de difícil acceso por su integración limitada. Este espacio asesora al Ministerio de Ambiente y lo representan instituciones del Estado, la sociedad civil y la comunidad educativa. 

Pese a su existencia, los lugares de participación no se difunden de una manera que nos llegue a todos, en especial a los jóvenes. Al mismo tiempo, acceder a la información es un proceso muy engorroso y su lectura no es accesible ya que se encuentra en un lenguaje muy técnico que dificulta su comprensión. 

Proponemos: 

—Garantizar la participación de los jóvenes en el diseño, así como en la implementación de planes y proyectos de las políticas ambientales para incidir en el futuro y en un desarrollo sostenible. 

—Fomentar la difusión y visibilidad de estos espacios para que sean accesibles y permitan una mayor participación. 

Educación y concientización

La concientización va de la mano con las condiciones generadas por los gobiernos. La situación a nivel nacional no es homogénea. En algunos puntos de nuestros departamentos se puede clasificar residuos ya que existen distintos contenedores para la basura. Sabemos que hay ciudadanos concientizados que separan sus residuos para disminuir su impacto en el ambiente. Sin embargo, en la mayoría de los departamentos los residuos son mezclados luego de que se recolectan, haciendo inútil el esfuerzo de quienes los separaron. 

En el sistema educativo identificamos iniciativas vinculadas con temáticas ambientales, en especial, en centros educativos rurales. Aun así, el escenario general muestra un gran déficit de información y de educación en estos temas. Paradójicamente, hay determinadas materias como música, aunque no todos seamos músicos, así que también podría enseñarse educación ambiental, aunque no todos seamos ambientalistas. 

Proponemos: 

—Fortalecer la presencia de la temática ambiental en los planes de estudio de la educación formal en sus tres niveles: primaria, secundaria y terciaria. 

—Fomentar la educación ambiental para todas las edades, comenzando en la primera infancia ya que es cuando incorporamos nuevos hábitos. 

—Tener información transparente sobre cómo y dónde se reciclan nuestros residuos, valorando la tarea de clasificarlos con incentivos. 

¿Qué pasa este 20 de noviembre de 2020?

Este Día Mundial de los Niños, los jóvenes convocados por UNICEF se reúnen con referentes del ámbito de las políticas ambientales, educativas y de participación ciudadana, identificados por los ellos mismos, para hacerles llegar sus reflexiones y propuestas en torno al clima. El objetivo es promover el intercambio entre los adolescentes y las autoridades, renovar los compromisos nacionales y generar llamados a la acción por parte del Estado para minimizar los impactos de la crisis climática.

Por protocolo sanitario, en cada reunión participan de manera presencial solamente dos representantes del grupo de adolescentes, en calidad de voceros, mientras que el resto acompaña de forma virtual. También se convoca a prensa para la cobertura de la actividad y se difunde a través de las redes sociales de UNICEF Uruguay, como forma de amplificar el mensaje de los adolescentes al resto de la sociedad.