Una niña lucha por su vida en medio del conflicto y la inseguridad alimentaria de Yemen

En Yemen, las tasas de malnutrición han aumentado en un 200% desde 2014

Por Bismarck Swangin
UNICEF Yemen/2017/Farid
26 Marzo 2017

SANÁ, Yemen, 26 de marzo de 2017 – Khawla Mohammed, que tiene sólo un año, está tumbada sobre una cama del hospital Al-Sabeen, en la capital yemení, con un tubo conectado a su nariz. Además de sufrir malnutrición, también lucha contra una infección pulmonar que le dificulta la respiración.

A su lado está Um Khawla, su madre, que, preocupada, levanta la mirada para explicar que su hija no ha dejado de estar enferma desde que tenía cuatro meses.

“Primero fue la diarrea. Perdió tanto peso que la podía sostener con una mano. Después perdió el apetito y me preocupé”, explica.

Como resultado, Um Khawla asegura que, en los últimos seis meses, ha tenido que visitar el hospital con frecuencia. Los médicos diagnosticaron a Khawla malnutrición y le pusieron un tratamiento en un centro de alimentación terapéutica que recibe la ayuda de UNICEF.

La última vez que ingresó en el hospital la pequeña Khawla no llegaba a los seis kilos, un peso muy inferior al normal para una niña de su edad, que suele estar en los nueve.

En los 10 días que lleva en el hospital, Khawla ha tomado F100, una galleta con alto contenido energético que se utiliza para tratar la malnutrición. La galleta se disuelve y se convierte en un líquido que se le administra a la niña mediante un tubo. Además, la pequeña está tomando antibióticos para tratar la infección pulmonar.

UNICEF Yemen/2017/Farid

Una trabajadora de la salud examina a Khawla. Ella sufre de desnutrición y también lucha contra una infección de pecho que ha afectado su respiración.

Las tasas de malnutrición en Yemen han aumentado en un 200% desde 2014. En la actualidad, 462.000 niños padecen malnutrición aguda grave y podrían morir si no reciben tratamiento urgentemente. UNICEF estima que otros 10.000 niños estarán también al borde de la muerte por causas prevenibles como malnutrición, diarrea y neumonía.

En todo el país, 17 millones de personas (más del 60% de la población) viven en una situación de inseguridad alimentaria, y más de siete millones ni siquiera saben cómo conseguir su comida. Por otro lado, al menos 14,5 millones de personas carecen de acceso a agua potable segura.

Yemen también se enfrenta a una crisis económica resultado del conflicto actual. Los índices de inflación y los precios se han disparado. A las familias se les están acabando los pocos ahorros que tenían y, como consecuencia, se están viendo obligados a reducir su alimentación o, directamente, a saltarse algunas comidas.

“Antes del conflicto, mi marido trabajaba y su sueldo era suficiente para cubrir nuestras necesidades”, cuenta Um Khawla. “Cuando todo se derrumbó con la irrupción del conflicto, intentamos cultivar verduras en nuestra granja, pero eso tampoco era seguro debido a las bombas y las balas. Ahora nos hemos quedado sin nada”.

Um Khawla no solo está preocupada por Khawla, sino también por sus dos hermanos, que están en casa recibiendo los cuidados de su abuela. Ellos tampoco saben de dónde sacar la comida.

A pesar de la inseguridad, UNICEF y sus aliados están trabajando en el terreno aumentando la supervisión y el tratamiento de la malnutrición y otras enfermedades y proporcionando agua potable para prevenir muertes. En 2017, UNICEF ampliará el control de la malnutrición y proporcionará tratamiento para 323.000 niños que sufren malnutrición aguda grave. Desde enero de este año, UNICEF ya ha contribuido al tratamiento de más de 6.000 niños.

Ante un conflicto sin un final a la vista, los niños de Yemen viven al límite. El tiempo se agota y el mundo necesita actuar rápido para salvarles la vida.