Dejando atrás la isla de Barbuda ante la amenaza de un nuevo huracán

Con el 90 por ciento de las viviendas destruidas, la mayoría de los habitantes buscan refugio en Antigua

Por UNICEF Caribe Oriental
A destroyed school classroom, Barbuda
UNICEF Eastern Caribbean Area/2017/Thomas
09 Agosto 2017

Sasha Lewis está entre los residentes de Barbuda que están evacuando la devastada isla debido al feroz huracán Irma, para encontrar refugio de la nueva tormenta que se avecina. 

 
BARBUDA, 8 de septiembre de 2017
– El sol se refleja en el mar cuando Sasha Lewis aborda el barco que la transportará junto a otros muchos residentes de la devastada isla de Barbuda a la relativamente segura y cercana isla de Antigua.

El buque, llamado Excellee, es una confortable embarcación que normalmente transporta a los turistas que buscan una experiencia tropical en este popular lugar de vacaciones conocido por sus legendarias arenas rosadas. Sin embargo, durante los dos últimos días, la embarcación de recreo se ha convertido en un buque salvavidas que ayuda a los residentes a evacuar la isla de menos de 60 kilómetros cuadrados, que los fuertes vientos de 295 kilómetros por hora se ha llevado por delante.

Debido a la destrucción que les rodea, se espera que, antes de que acabe el viernes, dos tercios de los 1500 habitantes del Caribe Oriental haga este viaje de una hora hasta Antigua, donde intentarán regresar a la normalidad.
  

Después una catastrófica tormenta, otra está por venir

El Gobierno ha declarado el estado de emergencia en Barbuda y ha instado a los residentes a evacuar voluntariamente.

La urgencia de encontrar refugio es inmensa. El huracán José, que sigue de manera inquietante casi el mismo camino de Irma, con vientos de más de 200 kilómetros por hora, ya tiene a Barbuda y a otras islas del norte del Caribe a la vista. El gobierno ha emitido una nueva alerta de huracán, el último, por ahora, en una atareada temporada de huracanes sobre el Atlántico.

Sin embargo, salir de la isla no es fácil, ya que el único aeropuerto sufrió diversos daños y permanece cerrado. Unos cuantos barcos han acudido a la llamada y el puerto se ha llenado de residentes, siendo los niños, enfermos y ancianos los primeros en tratar de salir.
 

UNICEF Eastern Caribbean Area/2017/Thomas

La única escuela secundaria en Barbuda fue destruida después de que el huracán Irma golpeara la isla. La escuela debía reanudarse el lunes 11 de septiembre, después de las vacaciones de verano.

Lo que las familias dejan atrás

Sasha, embarazada de siete meses de su primer hijo, y los otros residentes de Barbuda, no se plantean esperar a José en Barbados: el 95 por ciento de las viviendas ha resultado dañadas o destruidas.

"Mi familia está en Antigua. Yo estoy sola aquí", dice Sasha, de 23 años, mientras espera su turno para abordar el barco. "No estoy dejando nada atrás. Ya no hay casa, ni nada ... todo lo que he conseguido en mi vida se ha ido. No tengo nada, ni siquiera ropa. Estoy aquí por la gracia de Dios y las oraciones de mi madre y mi hermano y mi hermana, así que doy gracias a Dios por la vida", asegura.

Para Sasha, los recuerdos de Irma son aún más dolorosos cuando recuerda que su amiga Tevelle Jeremías perdió a su hijo de dos años, Charles Francis Jr., mientras los violentos vientos destrozaban su casa, que estaba ubicada a solo dos puertas de la suya.

"No sé por lo que mi amiga está pasando, pero lo siento por ella... ese bebé era como mi propio hijo y no lo olvidaré", dice. Charles es, hasta ahora, el único fallecido durante la tormenta.
  

Ayudando a los niños dondequiera que se encuentren

UNICEF trabaja en Barbuda con la Agencia Regional de Gestión de Desastres, gobiernos y otros aliados internacionales para asegurar que la población, en especial los niños y niñas afectados, reciban la asistencia necesaria.

“Nuestra prioridad es llegar a los niños y niñas donde quiera que estén dado que son los más necesitados”, asegura Khin Sandi-Lwin, representante de UNICEF para el Caribe Oriental.
 
UNICEF provee refugios provisionales, tabletas de purificación de agua y kits de higiene para familias desplazadas junto con otros suministros tales como lonas, mantas y contenedores de agua potable a comunidades desplazadas en Barbuda, Anguila, Islas Vírgenes Británicas y Islas Turcas y Caicos.