clear1La Acción Humanitaria para la Infancia de 2012
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PREFACIO

© UNICEF/NYHQ2010-0697/Markisz

Anthony Lake, Director Ejecutivo de UNICEF.

En Somalia, Moktar, de tres años, vio cómo la sequía acababa con el ganado y las cosechas de su familia y les obligaba a abandonar su hogar en una zona rural y hacer frente a un futuro incierto. Cuando llegaron a Mogadiscio, estaba tan gravemente desnutrido que necesitó una asistencia inmediata. Por fortuna, la recibió; pero muchos otros no han podido recibirla. 

Florence, una joven adolescente que huía de la guerra y de la violencia en la República Democrática del Congo, cruzó el río Ubangui y entró en la República Centroafricana, pero se perdió en la selva durante varias semanas antes de que la rescataran y la colocaran en un campamento de emergencia. 

Cuando las inundaciones monzónicas volvieron a asolar en agosto la Provincia de Sindh, en el Pakistán, la casa de Saima, de 11 años, fue destruida por las aguas. Durante semanas, vivió en un refugio improvisado en el dique de un río. Hoy, tanto ella como su familia viven en un campamento hacinado, pero consideran que tienen suerte: a diferencia de lo que ocurre en muchos de estos campamentos, el suyo tiene agua potable.

En 2011, observamos con una claridad abrumadora el costo devastador que suponen estas crisis humanitarias a gran escala sobre las vidas y el futuro de niños y niñas como Moktar, Florence y Saima. Porque aunque las catástrofes no discriminan, afectan con mayor gravedad a todos aquellos que tienen menos capacidades para resistirlas: los niños y niñas más vulnerables que viven en los lugares más pobres y más aislados, sometidos a las mayores privaciones.  

El informe de UNICEF Acción Humanitaria para la Infancia de 2012 expone la situación de millones de estos niños y niñas en todo el mundo. Describe los esfuerzos de UNICEF para prestarles asistencia, trabajando con nuestros aliados para distribuir suministros y asistencia vitales, proporcionarles conocimientos técnicos, ayudarles a restablecer un sentimiento de normalidad y tratar de reforzar su resistencia de cara al futuro.

Por ejemplo, en Somalia, entre julio y septiembre de 2011, UNICEF ayudó a tratar a más de 108.000 niños y niñas que sufrían de desnutrición grave aguda. Durante el mismo periodo contribuimos a garantizar agua potable a más de 2,2 millones de personas. Y contribuimos a vacunar a 1,2 millones de niños y niñas contra el sarampión.

A fin de mejorar nuestra capacidad para responder a las situaciones de emergencia a gran escala y repentinas, UNICEF ha adoptado y ejecutado este año procedimientos simplificados de activación para movilizar nuestros recursos humanos y financieros con mayor rapidez y eficacia. Este tipo de respuesta fue activada en julio en el Cuerno de África.
 
Más allá de los esfuerzos de UNICEF para responder a las crisis que requieren medidas inmediatas y extraordinarias, este informe también pone de manifiesto nuestro trabajo en los países en situaciones de emergencia complejas y de larga data que ponen en peligro las vidas de los niños y su futuro. Estas "emergencias silenciosas" no aparecen en los titulares de los medios de comunicación, pero deberían hacerlo, porque en ellas está en juego no sólo el bienestar de millones de niños -de Colombia al Níger, de la República Popular Democrática de Corea al Yemen- sino también la estabilidad y la fortaleza futuras de sus sociedades.ties. 

Todos los años traen nuevos desafíos, y UNICEF está decidido a hacerles frente. Para ello se requiere una financiación previsible y flexible. Por ello, este informe incluye proyecciones de recursos necesarios para responder a las emergencias en más de 25 países y territorios, con el apoyo de siete oficinas regionales de UNICEF, así como de la sede mundial de UNICEF. Los fondos predecibles y flexibles nos permiten actuar con rapidez cuando y donde se producen crisis.

Este informe presenta algunas de las dificultades más extremas que enfrentan los niños, pero también destaca la promesa de una respuesta oportuna y eficaz a sus necesidades: niños desnutridos que recobran la salud, niños en conflictos que todavía pueden seguir aprendiendo, y todos los niños y niñas, independientemente de sus circunstancias, que tienen más posibilidades de ejercer su derecho a sobrevivir y prosperar. 

En 2012, esta es una promesa que debemos cumplir. Con su apoyo, lo haremos.


Anthony Lake
Director Ejecutivo de UNICEF