Igualdad: una oportunidad justa para cada niño

Datos de calidad

Imagen del UNICEF: Engaging youth in Liberia
© UNICEF/NYHQ2014-2093/Jallonzo
Durante las fases iniciales del lanzamiento del U-Informe en Liberia, un trabajador de UNICEF enseña a los adolescentes a utilizar las nuevas tecnologías en el vecindario de West Point de Monrovia, la capital.

 
El primer paso necesario para lograr una oportunidad justa para los niños más desfavorecidos consiste en averiguar de dónde son, cuáles son sus necesidades y cómo podemos ayudarlos.

La respuesta está en los datos. Sin unos datos sólidos que arrojen luz sobre quiénes son los más desfavorecidos, las inversiones no siempre beneficiarán a los niños que más ayuda necesitan. Los indicadores que evalúan la situación de los derechos del niño (como el índice de mortalidad de menores de cinco años, las tasas de matriculación y asistencia a la escuela o el número de niños que cuentan con acceso a los medios de comunicación) convierten la complejidad y la diversidad de las circunstancias que rodean a los niños de todo el mundo en términos uniformes y cuantificables. Cuando se extraen de encuestas bien diseñadas, informes administrativos organizados de forma meticulosa y de otro tipo de herramientas, los datos proporcionan un fundamento con el que supervisar el estado de los niños del mundo y tomar decisiones que mejoren sus vidas.

Con el fin de evaluar el modo en que los niños y sus familias salen adelante, los países realizan encuestas periódicas eligiendo muestras representativa de hogares y empleando herramientas como las facilitadas por UNICEF, tales como las encuestas a base de indicadores múltiples (en inglés, MICS) o encuestas demográficas y de salud (en inglés, DHS). Los datos extraídos de las encuestas realizadas a las familias dan una muestra del progreso de un país con respecto a objetivos tales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Los datos ayudan a detectar desigualdades
Las encuestas realizadas en distintos hogares permiten a los países detectar dónde están los niños más desfavorecidos.

 
Si echamos un vistazo a los datos extraídos de encuestas realizadas en las últimas décadas, comprobamos que muchos países han avanzado de manera sorprendente. Sin embargo, esos resultados tan impactantes pueden enmascarar disparidades notables, ya que no todos los niños se han beneficiado de ese progreso. La cifra de niños que no van a la escuela, por ejemplo, se ha reducido casi a la mitad en todo el mundo, pasando de 104 millones de niños en 1990 a 59 millones en 2013. No obstante, los niños del 20% de los hogares más pobres tienen cinco veces más posibilidades de no ir a la escuela que los del 20% más rico. Esa disparidad puede salir a la luz gracias a datos desglosados; es decir, estadísticas clasificadas según los diversos factores que tienen un peso considerable en las oportunidades de un niño: su riqueza, sexo, procedencia geográfica, grupo étnico o idioma.

Además de identificar a los niños desfavorecidos y excluidos, los datos también pueden ayudar a calibrar el alcance de las privaciones a las que están sometidos y subrayar las necesidades que no ven satisfechas. Las privaciones en la infancia no solo se refieren a no tener suficiente dinero, sino que atañen a todos los aspectos de la vida de un niño y ponen en peligro su salud, su seguridad y su educación. Sus consecuencias se solapan, se retroalimentan y se acumulan durante el curso de la vida de un niño. El Análisis de Privaciones Múltiples Simultáneas de UNICEF (en inglés, MODA) saca a la luz todas esas dimensiones de la pobreza y las situaciones de desventaja. Se trata de información crucial que puede servir más adelante para diseñar políticas y programas y, con ello, abordar mejor las dificultades tan complejas a las que se enfrentan los niños más desfavorecidos.

Los niños desfavorecidos y sus familias se topan con diversos obstáculos a la hora de buscar los servicios y la ayuda que necesitan. Deben enfrentarse a una constante lucha para lograr acceder a servicios que están lejos o que suponen costes que no se pueden permitir, a la falta de infraestructuras, a la ineficacia burocrática y la escasez sistémica, así como a normas sociales que los discriminan.

El Sistema de Supervisión de Resultados para la Equidad de UNICEF (MoRES) se concentra en esas barreras y atascos para contribuir a que los programas lleguen a las familias y los niños más desfavorecidos con la ayuda concreta que necesitan. El marco analítico del MoRES se puede ajustar para identificar y abordar las dificultades clave en cualquier sector y en cualquier país. Gracias al control permanente de su funcionamiento, los programas se van adaptando rápidamente y los responsables de crear políticas logran hacerse una idea acertada de los asuntos que deberían encabezar sus agendas.

Las nuevas herramientas para recoger datos a tiempo real también pueden ayudar a acabar con esos atascos y barreras, haciendo que los programas proporcionen respuestas más efectivas que nunca (y que los gobiernos y otros proveedores de servicios asuman mejor su responsabilidad). En Uganda, una iniciativa del sector de la salud respaldada por UNICEF, mTrac, utiliza la mensajería de texto SMS para que los trabajadores de la salud informen sobre la prevalencia de las enfermedades y la disponibilidad de medicinas, de modo que haya anticipación y se pueda responder más rápido a las necesidades urgentes de los pacientes. Estos, a su vez, pueden enviar sus quejas para que los proveedores tomen las medidas pertinentes.

Los datos tienen el poder de hacer visibles a los niños relegados a los márgenes de sus sociedades, así como arrojar luz sobre las dificultades a las que se enfrentan. Proporcionan una base sólida de pruebas útiles para crear programas y políticas, de forma que los gobiernos y otros responsables puedan invertir dinero y esfuerzos para tomar medidas que funcionen. En un mundo con pocos recursos y mucha demanda de resultados, los datos fiables y desglosados son indispensables para luchar por una oportunidad justa para todos los niños.


 

 

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