La historia de Nyankena: la lucha contra la malnutrición y la esperanza de un futuro pacífico en Sud

Esta es la historia de una mujer en busca de un tratamiento para sus bebés gemelos

Por Nicholas Ledner
UNICEF/UN053453/Gonzalez Farran
13 Marzo 2017

JUBA, Sudán del Sur, 13 de marzo de 2017 – En un centro para protección de civiles de Juba, Sudán del Sur, varias madres están sentadas junto a sus hijos. Los gritos de otra mujer que está dando a luz se oyen desde la habitación de al lado.

Las madres se han reunido en esta clínica de Atención Integrada a las Enfermedades Prevalentes de la Infancia (AIEPI) porque sus hijos padecen malnutrición. Cada niño parece estar en una etapa distinta de la malnutrición: a algunos les acaban de ingresar y otros ya se están recuperando y esperan recibir el alta pronto. Algunas de las familias llegaron a Juba tan solo hace unos días, mientras que otras ya llevan más de tres años viviendo en este emplazamiento para la protección de civiles. Lo que diferencia a las madres son, sin embargo, las historias que comparten sobre cómo llegaron aquí y la violencia de la que cada una fue víctima.

Nyankena, de 25 años, tiene unos gemelos de dos meses y medio. Se llaman Both (niño) y Nyadouth (niña). Su familia es de un pueblo cercano a Bor, donde hace tan solo unos meses reinaba la paz. Hace poco que se casó; llevaba una vida feliz y soñaba con formar una familia en la que todos se quisieran y vivieran tranquilos y contentos. Su marido tenía un empleo remunerado y ella estaba a punto de dar a luz.

Entonces, se desató el conflicto que cambió todo para la nueva familia de Nyankena. Una noche, alrededor de las dos de la mañana, ella se despertó con el sonido de un tiroteo. Cuando se levantó y salió afuera, vio llamas por todos lados. Su pueblo estaba ardiendo. En ese momento ella estaba embarazada de los gemelos. Conforme los tiroteos se acercaban, decidió correr para salvarse, siendo consciente en todo momento de que no solo corría para salvar su propia vida, sino también la de sus bebés. Pasó dos horas corriendo. Fue entonces cuando perdió la pista de su marido. Los padres de él murieron aquella noche y, enfurecido, se fue al bosque para tratar de vengarse por lo sucedido. Nyankena no le ha visto desde entonces, pero sabe que sigue estando cerca de Bor combatiendo.

UNICEF/UN053457/Modola

El 24 de enero de 2017, una mujer sostiene a un niño en un hospital establecido con la ayuda de UNICEF en Juba, Sudán del Sur. A través de sus aliados, UNICEF está prestando su ayuda para los programas de nutrición de los emplazamientos para la protección de civiles de Bentiu, Juba, Wau y Malakal.

Finalmente, Nyankena logró llegar a un campamento para la protección de civiles de Bor, donde dio a luz a los gemelos. No conocía a nadie allí. Además, se le hizo muy difícil salir adelante y cuidar de los recién nacidos, por lo que decidió marcharse a Juba para intentar encontrar a su hermano, que vivía allí en un campamento.

Con las prisas para irse, olvidó llevar consigo su tarjeta de racionamiento de comidas, y eso le dificultó conseguir los alimentos que necesitaba para ella y los gemelos. Pronto se dio cuenta de que los niños estaban adelgazando cada vez más, y decidió llevarles a una clínica para que les viera un médico. Gracias a los cuidados del centro para el tratamiento de la malnutrición, Nyankena tiene ahora la esperanza de que el estado de sus hijos mejore cuando empiecen a ganar peso. La vida entonces, espera, mejorará.

Nyankena desea que sus hijos se hagan amigos de niños de todas las partes del país, para que nunca conozcan el odio y sean capaces de amar y respetar a sus compañeros y sus mayores. Ella quiere que la gente de Sudán del Sur deje a un lado sus diferencias y se unan por el bien de sus futuros y, más importante, el de sus hijos. Además, está feliz y agradecida por la ayuda que UNICEF brinda al centro para el tratamiento de la malnutrición. Desea que otras madres del país tengan la misma oportunidad de reparar las vidas de sus hijos, pero, por desgracia, no todas las madres tienen esa suerte.

En la actualidad, hay 200.000 desplazados internos viviendo en los emplazamientos para la protección de civiles en todo Sudán del Sur. El influjo de desplazados internos es inevitable con la inseguridad que reina en el país y la deterioración de la situación de la seguridad alimentaria. A través de sus aliados, UNICEF presta su ayuda para los programas de nutrición de los emplazamientos de Bentiu, Juba, Wau y Malakal. Además, está colaborando con nuevos centros de estabilización y para el tratamiento de la malnutrición, y proporciona tratamientos nutritivos y servicios de prevención por todo el país, especialmente en las zonas más remotas.

Según el último pronóstico sobre seguridad alimentaria de la Red de Sistemas de Alerta Temprana para la Hambruna (FEWS Net), los niveles extremos de seguridad alimentaria persisten en Sudán del Sur: cerca de una tercera parte de la población necesita asistencia alimentaria de emergencia; se estima que 1,1 millón de niños menores de cinco años estarán gravemente malnutridos en 2017; y en febrero de 2017, UNICEF y sus aliados ingresaron a 12.558 niños para proporcionarles un tratamiento contra la malnutrición aguda grave (MAG).

El programa de nutrición de UNICEF sigue recibiendo financiación mínima, con una brecha total de más de 25 millones de dólares para las actividades de 2017. UNICEF está muy agradecida a donantes como la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional (ACDI), el Departamento de desarrollo internacional del gobierno del Reino Unido (DFID), la Oficina de ayuda humanitaria y protección civil de la Comunidad Europea (ECHO), Alimentos para la paz, el Comité alemán de UNICEF, el Gobierno del Japón, la Oficina de los Estados Unidos para la asistencia en caso de desastres en el extranjero (OFDA) y el Comité suizo de UNICEF, que nos permiten seguir asistiendo a algunos de los niños y las mujeres más vulnerables de Sudán del Sur.