Armar robots para fomentar el liderazgo
Niños y niñas aprendieron sobre programación, pero también sobre respeto, tolerancia y protección ante abusos.

ASUNCIÓN, 28 de noviembre de 2018. ¿Quién podría imaginarse que unos talleres sobre robótica y habilidades para la vida fomentarían el liderazgo femenino y el trabajo en grupo? Eso es lo que pasó en la escuela Ever Faustino Beaufort, de la ciudad de Villa Elisa, donde niños y niñas aprendieron sobre programación, pero también sobre respeto, tolerancia y protección ante abusos.
En un aula de la escuela, los grupos de estudiantes arman los robots pieza por pieza, sin olvidarse de ningún detalle, para luego proceder a programar todas las funciones, movimientos y destrezas que tendrá su creación, que en cada ocasión tiene una misión distinta: ir de un punto a otro, mover una pieza, alzarla, llevarla de aquí para allá.
“El objetivo es principalmente el trabajo en equipo, porque trabajan en grupos por un robot. Ellos arman, después de armar todo, programan sus controles y programan sus robots para que pasen algún obstáculo, que puedan mover o puedan trasladar, y ese es el desafío: tienen que programar y hacer sus diseños”, explicó Sebastián Clemotte, instructor de robótica de la organización Reeduca.
Pero, más allá de los conocimientos tecnológicos que van adquiriendo, esta práctica sirve para que aprendan a trabajar en grupo, aprovechando las habilidades de cada uno: algunos se encargan de programar en la computadora, otros van armando las piezas del rompecabezas que supone el robot, otros buscan manuales y videos que los ayuden en la tarea. Las misiones incluso sirven para despertar el interés de aquellos que suelen estar desmotivados, que se van integrando a las tareas de los grupos, así como para promocionar las habilidades de las niñas, algo completamente inesperado por los docentes de la escuela.
Además de la robótica, los niños y niñas participaron de talleres sobre habilidades para la vida, en los que hablaron sobre cómo protegerse en línea, qué hacer ante situaciones de abuso, y eso les permitió abrirse y compartir algunas experiencias dolorosas en grupo, buscando el apoyo y comprensión de los demás.
La directora del centro educativo, Lourdes González, comentó que en principio creyeron que los niños iban a ser los más interesados en estas tareas, pero que finalmente fueron las niñas las que más se involucraron y lideraron los trabajos grupales. “Nos damos cuenta de que los niños están enganchados pero las que más motivadas están, las que no faltan, las que su asistencia es súper regular, las que están así encendidas en la clase, son las niñas”, apuntó.
Lucero Oviedo tiene 10 años y es coordinadora del centro de estudiantes de la escuela. A su corta edad, asegura que quiere ser abogada cuando sea grande, y demuestra que posee algunas habilidades que seguramente le servirán en esa profesión. “Yo nunca quise armar un robot, y eso fue interesante para mí, porque me gustó”, confiesa la niña explicando el interés inesperado que suscitó el proyecto.
“Yo nunca quise armar un robot, y eso fue interesante para mí, porque me gustó”
Dahiana Silva (11) también demuestra que no tiene problemas para hablar a la cámara y contar todo lo que aprendió con los talleres de robótica. Ella sueña con ser peluquera cuando sea grande, e incluso piensa que podría armar robots que le ayuden en las tareas de cortar el pelo, limpiar el salón y otras. “Todo me gustó, pero lo que más me gustó fue el robot que estamos haciendo ahora, ese es un poco más complicadito y a mí me gusta lo complicado”, asegura.
“Lo que intentaba, por todos los poros, era decirles que, estén donde estén, ellos tienen que marcar la diferencia. Hoy acá y el día de mañana, en el colegio en el que les toque interactuar. Y que ellos tuvieron la oportunidad, que muchos otros niños no tuvieron, de pasar por lo de programación y robótica, más lo de habilidades, y que ellos corren ventaja con relación a ellos”, expresa orgullosamente la directora González, quien agradeció a los demás profesores que participaron del proyecto.
“Si tengo que nombrar un aspecto que fue fundamental es haber captado el interés de los niños, en el sentido de que aquellos niños que, por ejemplo, eran más perezosos, no se perdían una clase de robótica, estaban acá a las 7 de la mañana, cuando su horario habitual de clases era a la una, por ejemplo”, agregó, resaltando el interés que despertó el tema en los estudiantes.
Los niños y niñas se preparan para una competencia en la que participarán estudiantes de otras escuelas, que será el próximo 15 de diciembre, en la que sus robots tendrán que sortear varias pruebas para demostrar lo que aprendieron en este tiempo.
El deseo de profesores, alumnos y alumnas es seguir ahondando en estas prácticas y seguir aprendiendo sobre robótica, para, de esta forma, continuar fomentando el trabajo en equipo y promocionando las habilidades de cada uno de los participantes.
Los talleres de robótica y habilidades para la vida formaron parte del proyecto “Apropiación digital en alumnos y alumnas de instituciones públicas como medio de inclusión social mediante la adquisición de habilidades para la vida”, impulsado por UNICEF.