Desafiando la discapacidad con amor y solidaridad familiar y comunitaria
En el programa Desarrollo Inclusivo Basado en la Comunidad participaron 500 familias y sus redes de apoyo, para brindar una mejor asistencia a las niñas y los niños con el Síndrome Congénito Asociado al Zika.
Managua. El nacimiento de un hijo o hija con discapacidad puede ser devastador, pero para las madres y los padres que participan en el programa “Desarrollo Inclusivo Basado en la Comunidad, la discapacidad de sus hijos e hijas se ha convertido en una oportunidad de aprendizaje y de crecimiento familiar. Así lo expresaron durante un encuentro que sostuvieron con Iván Yerovi H. representante de UNICEF y Kevin K. Sullivan, embajador de los Estados Unidos de América, en una visita realizada al Instituto Médico Pedagógico de la Asociación de Padres de Familia con Hijos con Discapacidad, Los Pipitos.
“Nos llena de orgullo saber que el programa no sólo ha mejorado las condiciones de vida de las niñas y los niños, si no que ha fomentado la unidad familiar y desarrollado entornos de cuidados amorosos y el respeto de los derechos de la niñez con discapacidad”,
En Nicaragua, con el brote del Zika en el 2016, hubo un aumento de casos de bebés que nacieron con algún tipo de discapacidad, producto del Síndrome Congénito Asociado al Zika (SCZ), que los expone a diario a obstáculos estructurales y actitudes discriminatorias que afectan su desarrollo integral.
“Con el programa de rehabilitación descubrí que con fisioterapias mi hija seguía teniendo el potencial para desarrollar sus habilidades y destrezas y que si le brindamos la estimulación correcta ella puede lograr cierta independencia a pesar de su condición”, comentó Carolina Reyes, madre de una niña con el SCZ.
El programa sobre Desarrollo Inclusivo Basado en la Comunidad fortaleció las capacidades de al menos 500 familias y sus redes de apoyo, para brindar una mejor asistencia a las niñas y los niños con el SCZ, a través del Modelo de Intervención Comunitaria.
“El Modelo de Intervención Comunitario propone poner en el centro a los niños y las niñas con discapacidad, empoderar a sus madres y padres para que puedan realizar la rehabilitación, crear un ambiente familiar estimulante, sensible y cariñoso que promueva el desarrollo e inclusión, aprovechando los recursos del hogar que las familias utilizan en su rutina diaria”, expresó María Delia Espinoza, especialista en Desarrollo Infantil Temprano de UNICEF.
Los papás son clave en la rehabilitación
El programa a través de sus metodologías fomenta la participación de todos los miembros de la familia en la rehabilitación y sobre todo de algunos padres que por cultura y normas sociales se mantienen al margen de la crianza de sus hijos e hijas. El apoyo paternal es fundamental para lograr el desarrollo de habilidades físicas y psicológicas en las niñas y los niños con discapacidad.
“La terapia me ha enseñado la importancia de estar presente en la vida de mis hijos y como a veces eso es determinante para lograr su desarrollo. Gracias a las enseñanzas del equipo he podido aprender que mi hijo (2 años), a pesar de su discapacidad puede tener un futuro”,
El programa también se enfocó en visibilizar las barreras que limitan el ejercicio de los derechos humanos y la inclusión social de las niñas y los niños con discapacidad y sus familias.
“Hemos aprendido que cualquier cosa se puede convertir en un elemento estimulante para nuestros hijos. Por ejemplo, un paste para lavar traste puede ser una gran herramienta para mejorar el control de su cuerpo”, dijo Cyndy Hodgson, muy agradecida por los avances en la rehabilitación de su niño con el SCZ.
“A mí personalmente me anima mucho ver el cariño que les están dando a sus hijos para darles una buena vida de familia. Para nosotros es un orgullo poder ayudar a la rehabilitación de los niños y las niñas, a través de este tipo de proyectos y lo vamos a seguir haciendo”, expresó el Embajador Sullivan.
Por su parte Leonor Gutiérrez, presidenta de Los Pipitos, expresó que los principales aportes del programa fueron fomentar el cumplimiento de los derechos de los niños y las niñas con discapacidad, la sensibilización de las comunidades para promover la inclusión y la importancia de la estimulación temprana, clave para desarrollar la independencia de la niñez.
El programa se implementó por nueve meses en los departamentos que más casos de Zika reportaron, Managua, Carazo, Granada y Masaya y fue implementado por Los Pipitos, con el apoyo técnico y financiero de UNICEF y de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID.