Seis meses después del terremoto, las madres de Chardonnieres luchan por la salud de sus hijos
Después del terremoto, las familias de Chardonnieres apenas se recuperan.

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Un terremoto sacudió el suroeste de Haití el 14 de agosto de 2021, matando a casi 2,200 personas, hiriendo a 12,700 y afectando a cerca de medio millón de niños y niñas. Seis meses después, UNICEF continúa ayudando a las familias, y especialmente a los niños y niñas, que fueron los más afectados. En la región de Chardonnières, y con el apoyo de UNICEF, decenas de familias están recibiendo capacitación en salud y nutrición a través de varios “Parenting Clubs”.
Chardonnière, Haití, febrero de 2022 - Con solo nueve meses de vida, Syndia Célestin vivió el dolor más grande: su mamá murió tras luchar varios meses por su vida. El terremoto del 14 de agosto de 2021 la encontró postrada en una cama en la casa de su madre en Chardonnières y no pudo moverse para buscar refugio. Los escombros cayeron sobre sus piernas y su salud empeoró a pesar de recibir atención médica. Su hija recién nacida necesitaba ayuda urgente para sobrevivir. Su abuela, Vita Lubin, de 53 años, la recibió para brindarle brazos, alimento y un hogar.
La madre de la niña estuvo meses enferma antes de morir a fines de diciembre de 2021. “La llevé a varios hospitales. Vendí casi todo lo que tenía para obtener el dinero para poder tratarla. Lamentablemente no pudimos salvarla”, cuenta Vita sentada en la terraza de su casa, visiblemente dañada por el terremoto, mientras la desolación tiñe todo el relato.

Además de ser huérfana de madre, Syndia Célestin sufre desnutrición aguda. A pesar del enorme esfuerzo de su abuela, Vita no tiene recursos para atender las necesidades de alimentación y cuidado de la niña. “Cuando puedo le doy comida. Algunos días solo le doy pan con manteca de maní, pero eso no es suficiente”, se lamenta. Su trabajo como vendedora de alimentos no alcanza para cubrir los gastos, y la enfermedad de su hija y el terremoto se llevaron sus ahorros. Ahora vive en un barrio pobre de Chardonnières con la bebé y otros miembros de la familia.
Al igual que en el resto de comunas del Gran Sur, el terremoto destruyó o dañó gran parte de las casas y edificios de Chardonnières. Muchas familias quedaron en la calle y se enfrentaron a la incertidumbre, la escasez de alimentos y la falta de acceso a los servicios más básicos, como el agua potable.


Cambio de hábitos y la desnutrición infantil en aumento
Eveline Dominique Chery, oficial de Salud de UNICEF en Les Cayes, considera que el terremoto modificó completamente la vida de los habitantes de la costa Sur de Haití. Las familias se vieron forzadas a modificar su régimen alimenticio: “Se hizo muy difícil para las personas tener acceso a los alimentos que acostumbraban consumir. Incluso, algunas familias disminuyeron el número de comidas diarias que daban a sus hijos; otras, cambiaron su manera de cocinar. Todo esto tuvo un impacto muy fuerte en la alimentación de niños y niñas en Chardonnières”, explica. Seis meses después, la situación permanece prácticamente incambiada.
UNICEF estima que cerca de medio millón de niños y niñas han sido afectados por el terremoto, con poco o ningún acceso a refugio, agua potable, atención médica y nutrición. “La tasa global de desnutrición aguda a nivel nacional es del 6%. La del Sur es del 4,7%, pero es probable que esta cifra haya aumentado luego del terremoto”, opina Eveline.
Mantoute Marie Rolande es enfermera en el Centro de Salud Sainte Anne de Chardonnières y una de las personas que gestiona el servicio de nutrición y vacunación de niños y niñas. “Estos últimos meses, hemos detectado desnutrición en más de diez niños y niñas”, afirma. El 1 de febrero de 2022 recibió el caso de Syndia Celestin, quien asistió por primera vez a un control de salud desde su nacimiento. Luego de examinarla, Mantoute administró varias dosis de vacunas a la bebé y le dio a su abuela PlumpyNuts para que la siga alimentando en casa. Plumpy'Nut es un alimento terapéutico a base de pasta de maní fácil de administrar para el tratamiento de la desnutrición aguda grave.

Aumento de la desnutrición infantil
Desde el terremoto, UNICEF y el Ministerio de Salud han evaluado a 21.800 niños y niñas menores de cinco años para detectar desnutrición aguda. Entre ellos, más de 1.100 niños y niñas fueron tratados por desnutrición aguda y 3.700 por desnutrición aguda moderada. UNICEF dispuso suministros nutricionales de emergencia para atender a 27.000 niños y niñas con desnutrición aguda en las regiones de Nippes, Sur y Grand'Anse.
Mantoute Marie Rolande es enfermera del Centro de Salud Sainte Anne de Chardonnières y una de las personas que gestiona los servicios de nutrición y vacunación infantil. “Estos últimos meses hemos detectado desnutrición en más de 10 niños”, dice.

Odena Michel, de 46 años, es madre de dos niños y colaboradora voluntaria (Col-vol) del club de madres de Bousquette -una localidad de Chardonnières-, que funciona una vez al mes en una iglesia. “En 2011 empecé a formar a las madres y organicé varios grupos. Preparo actividades de formación en higiene y nutrición, demostraciones de cocina y también examino a los niñas y niños del club”, explica Odena, quien se formó como trabajadora sanitaria comunitaria. Vita Lubin es una de las integrantes del club y una abuela comprometida que asiste regularmente para mejorar la vida presente y futura de su nieta.

El grupo de madres había suspendido sus actividades tras el terremoto pero lentamente retomaron los encuentros. El objetivo es movilizar a las mujeres para mejorar la situación nutricional de niños y niñas de la zona. “Gracias al club de madres, en estos últimos años hay menos niños y niñas con desnutrición en la zona”, sostiene Odena.
Actualmente funcionan 179 clubes en el Gran Sur y, si bien estos grupos existen desde hace años, se multiplican gracias al apoyo de UNICEF al Ministerio de Salud.
“UNICEF, a través del proyecto SSIAF (Servicios Sanitarios Integrados para Adolescentes y Mujeres), ha colaborado con el Ministerio en la formación de los ASCP (Trabajadores Comunitarios de Salud Polivalentes). También nos ayuda con los clubes, apoyando las actividades que las madres organizan cada mes”, asegura Céline Percy Élysée, coordinadora de Salud Infantil del Departamento Sanitario Sur. El proyecto SSIAF está financiado por Canadá y ejecutado por el UNFPA, ONUSIDA, la OPS, OMS y UNICEF.

Wilnèse Mogène, de 31 años, vive con su hija Wiltana-Beaudier St-Cyr en Lapas 2, una localidad de Chardonnières. En 2016 fue invitada por Odena a formar parte del club. “Gracias al club de madres aprendí muchas cosas. Me enseñaron principios de higiene y de nutrición. Aprendí a equilibrar lo que se come en casa”, cuenta. La formación recibida en el grupo le permitió alimentar mejor a su hija de 10 años. “Antes, mi hija sufría a menudo de dolores de cabeza. No podía entender lo que estudiaba. Desde que comencé a servirle comidas equilibradas ya no le duele la cabeza. Ahora estudia bien y recuerda bien todas las lecciones”, asegura Wilnèse.

Wiltana-Beaudier St-Cyr, que ahora cursa quinto año de educación básica, recuerda que cuando la tierra tembló el 14 de agosto estaba de vacaciones en la casa de su padre. “Enseguida pensé en mi madre. Tenía miedo”, cuenta. La niña confiesa que siempre tiene miedo cuando hay terremotos, sabe que si la tierra tiembla ella puede ser una de las víctimas. Sin embargo, ese miedo latente no le impide soñar con su futuro: “Cuando sea grande quiero ser enfermera para poder cuidar a las personas”.
Desde el terremoto, UNICEF y el Ministerio de Salud realizaron pruebas de desnutrición aguda a 21.800 niños menores de cinco años. Entre ellos, más de 1.100 niños fueron tratados por desnutrición aguda y 3.700 por desnutrición aguda moderada. UNICEF proporcionó suministros nutricionales de emergencia para atender a 27.000 niños con desnutrición aguda en las zonas de Nippes, Sur y Grand'Anse afectadas por el terremoto.