Desarraigados en Centroamérica y México
La Infancia en peligro, UNICEF | Agosto de 2018
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Cada día, niños y familias de El Salvador, Guatemala, Honduras y México dejan sus hogares y sus comunidades para emprender la peligrosa travesía hacia el norte. Empujados por la amenaza de la violencia y la desesperación que causa la pobreza, ponen sus vidas en peligro a cambio de la promesa de encontrar un futuro mejor. Por el camino se enfrentan a la amenaza constante de la explotación o la detención, una amenaza que persiste incluso si logran cruzar la frontera. Cuando los devuelven a su país de origen, suelen encontrarse en circunstancias peores que las que dejaron al comenzar su viaje.
En resumen
¿Por qué las familias del norte de Centroamérica y México emigran hacia el norte?
La decisión de marcharse suele estar motivada por múltiples factores. La migración a México y a los Estados Unidos es la única vía que se les ocurre a muchas familias para escapar del tormento de la pobreza extrema. A otros los mueve la amenaza constante de la violencia en sus países, la falta de oportunidades educativas para los niños y el deseo de reunirse con familiares que ya han migrado.
¿Cómo es la travesía migratoria?
Muchas de las familias más pobres y desfavorecidas de la región, que carecen de los medios adecuados para acceder a vías migratorias seguras y legales, escogen rutas informales y peligrosas. Los niños no acompañados y las mujeres son quienes asumen más riesgos: son presa fácil de contrabandistas, delincuentes, bandas, fuerzas de seguridad y otros individuos o grupos que abusan de ellos, los explotan o incluso los matan. A los niños pueden interceptarlos en tránsito o al llegar a su destino, donde los separan de sus familias, los detienen y los mandan de vuelta a sus países de origen.
¿Qué ocurre cuando los mandan de vuelta?
Para los niños y las familias migrantes, volver a reintegrarse de forma segura en sus comunidades resulta más complicado que el simple hecho de regresar a casa. A menudo, las familias se encuentran endeudadas y son incapaces de volver a ganar el dinero que se gastaron para financiarse el viaje. Los niños soportan un gran estrés psicológico al separarse de sus familias y ser detenidos y deportados a un país y unas circunstancias socioeconómicas completamente nuevos para ellos. En sus comunidades suelen estigmatizarlos y considerarlos fracasados o, en el caso de algunas niñas adolescentes, “mancilladas”. Y la amenaza de la violencia persiste. En muchos casos, el hecho de que las familias hayan pasado un tiempo en los Estados Unidos puede convertirlas en el blanco de bandas locales.
¿De qué forma está ayudando UNICEF?
UNICEF está trabajando con aliados y gobiernos del norte de Centroamérica para proteger los derechos y la seguridad de los niños migrantes. Nuestra respuesta es variada: nos centramos en mejorar la vida de los niños y las familias cuyas circunstancias los obligan a pensar en migrar; protegemos su seguridad a lo largo de la travesía migratoria y promovemos programas que los ayudan a encarar las múltiples dificultades que entraña la reintegración. Aquí puedes obtener más información sobre nuestra respuesta >>
Índices de pobreza
En el norte de Centroamérica se encuentran algunos de los países más violentos del mundo que no participan activamente en una guerra. El Salvador, Guatemala y Honduras son tres de los países más pobres del hemisferio occidental.
La peligrosa travesía hacia el norte
La voz de los niños migrantes
Respuesta de UNICEF
Para ayudar a los niños y los jóvenes de la región a escapar del ciclo de pobreza y desventaja, UNICEF trabaja con gobiernos y aliados para ampliar el acceso a servicios básicos como atención médica, educación y ayuda económica.
Para salvaguardar a los niños de la violencia del norte de Centroamérica y México, UNICEF trabaja con aliados y gobiernos para crear espacios seguros y oportunidades educativas, profesionales y de ocio, así como para ofrecer ayuda psicosocial.
Para ayudar a los niños que se enfrentan al peligro y la explotación en las rutas migratorias, UNICEF trabaja con aliados para crear normativas y políticas que protejan a los niños migrantes y refugiados; por ejemplo, mediante la protección consular.
Para evitar la detención infantil y la separación familiar, UNICEF trabaja y aboga por encontrar planteamientos alternativos que redunden en el interés superior de los niños, como refugios de puertas abiertas y atención basada en la comunidad.
Para responder a las dificultades de la reintegración de los niños migrantes que regresan a casa, UNICEF promueve una serie de programas para proporcionar servicios, tales como asistencia jurídica, ayuda consular, atención psicológica, alojamiento y espacios seguros.