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La obesidad infantil en México exige un cambio urgente

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CIUDAD DE MÉXICO, México – Alicia y Ricky viven en Xochimilco, al sur de la Ciudad de México, y su día empieza temprano, a las 5:30am. Alicia de 30 años, le prepara a su hijo Ricky, que tiene 10, un rico desayuno en casa: un licuado de fruta y un sándwich. Intenta que esa comida sea lo más saludable posible pues durante el día no les será fácil asegurar una buena alimentación.
Alicia, quien trabaja como empleada doméstica, comenta que durante la semana trabaja mucho y tiene tiempos de desplazamiento en transporte público de 3 a 4 horas diarias. “No me queda casi tiempo para ir al mercado; yo sé que es bueno comer frutas y debería comprar más verduras, pero no tengo tiempo de comprarlas y prepararlas” agrega. Sus opciones entonces son productos más rápidos y convenientes.
México es el país en América Latina que más productos ultra procesados consume
Para el receso escolar, Alicia le da a Ricky unos pesos para comprar el refrigerio. Él por lo general compra tacos o palomitas y dulces. No compra nada de tomar y aunque en su colegio hay bebederos de agua, no le gusta porque “no sabe a nada”. Cuando Ricky acompaña a su madre a algún mercado cerca a su casa para comprar algunos alimentos o cuando van caminando por la calle, él escoge productos llamativos como golosinas, fritos y nieves. Su mamá señala que, si Ricky se come una fruta, es porque ella se la ha dado ya que él por su cuenta no las pide.
Aumento de la obesidad
La falta de acceso a alimentos frescos y saludables, la alta exposición a productos ultra procesados en los hogares, escuelas y mercados y la agresiva publicidad de productos alimenticios dirigidos a niños son parte del entorno obesogénico en el que viven Alicia, Ricky y millones de mexicanos.
Desde 2016, el país ha declarado una alerta epidemiológica por diabetes y obesidad. Un tercio de las niñas, niños y adolescentes sufren de sobrepeso y obesidad, lo cual no es coincidencia pues México es el país en América Latina que más productos ultra procesados consume, incluyendo bebidas azucaradas, siendo los preescolares quienes más consumen con cerca del 40% de sus calorías provenientes de la ingesta de estos productos.
El exceso de peso en la infancia conlleva a complicaciones en su crecimiento y pleno desarrollo y les predispone a ser adultos enfermos en el futuro, como desarrollar diabetes tipo 2 y de enfermedades cardiovasculares. Si no se priorizan acciones de prevención de la obesidad, las tasas crecientes de niños con sobrepeso tendrán un impacto negativo en la economía, la productividad y el bienestar general de la población.
Consumidores mejor informados
Parte de los esfuerzos del gobierno han consistido en avanzar con regulaciones que permitan cambiar el entorno obesogénico en el que se vive en México. El primer paso fue un esfuerzo pionero con el impuesto a las bebidas azucaradas en 2014.
En 2020, México está en proceso de implementar un nuevo etiquetado frontal de advertencia, el cual ha sido impulsado por varios sectores del gobierno, la academia, la sociedad civil y organismos internacionales, incluido UNICEF. Dicho etiquetado fue elaborado con evidencia científica y teniendo en cuenta las mejores prácticas internacionales para informar efectivamente a las familias cuando los productos tengan excesos de calorías, azúcar, sodio, grasa saturada y grasa trans, además de leyendas para evitar el consumo de cafeína y edulcorantes en niños. También prohibiría el uso de personajes en productos dirigidos a niños. Esta medida fundamental no debería esperar mucho más tiempo si el país quiere dar un paso firme y efectivo en la lucha contra la obesidad.

Nutrición más saludable para todos
Simón Barquera, el director del Centro de Investigación de Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública, resalta la relevancia del etiquetado ya que “abona a modificar el entorno obesogénico porque permite de una manera sencilla que un amplio número de la población de todos los niveles socioeconómicos y educativos, identifiquen los productos pocos saludables y tomen mejores decisiones para su alimentación”.
“Este es un momento propicio para ganarle la batalla a la obesidad”.
Por su parte, Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, una de las organizaciones de la sociedad civil más activas en la materia, complementa que “este es un momento propicio para ganarle la batalla a la obesidad y el etiquetado frontal contribuye significativamente para incentivar al consumidor a volver a comprar productos frescos y naturales y desincentivar el consumo de ultraprocesados”.
Con estas medidas, Alicia podrá proporcionar una mejor nutrición para Ricky. y tendrá más información para sus compras. Por su parte, Ricky podrá buscar productos más sanos y naturales en el día a día, tanto en la escuela como cuando acompaña a su madre al mercado, donde él también contribuye activamente en las decisiones de compra para su hogar.