Los niños de Sudán del Sur reanudan los exámenes

Han pasado dos largos años desde que estos niños asistieron por última vez a su escuela primaria

Por Ashley Hamer
UNICEF South Sudan/2016/Hamer
22 Febrero 2016

BENTIU, Sudán del Sur, 22 de febrero de 2016 – Para los niños de todo el mundo, los exámenes pueden ser una pesadilla. Sin embargo, para un grupo pequeño de estudiantes que buscan refugio en el mayor campamento para desplazados de Sudán del Sur, los exámenes son sinónimo de ilusión.

Estos estudiantes han podido sentarse por fin ante el Primaria 8, el examen final de la escuela primaria, después de que el conflicto paralizara a su país hace más de dos años.

Los estudiantes que se están examinando proceden de varios condados del conflictivo estado de Unidad, pero la mayoría (189, de los que 71 son niñas) vive en el emplazamiento de protección de civiles de Bentiu. Se trata de una ciudad hecha de tiendas de campaña y hojalata que crece rápidamente y constituye el mayor campamento de desplazados del país protegido por las Naciones Unidas. Sirve de refugio para unas 120.000 personas que han huido de sus hogares durante el transcurso del conflicto.
  

Nyaruon realiza la prueba

Nyaruon Peter tiene 16 años y vive en el emplazamiento. Su familia abandonó su aldea, al este de Unidad, cuando fue atacada en abril de 2014. Escaparon a Bentiu junto a muchas otras personas.

“Antes de la crisis, yo iba a la escuela”, cuenta. “Pero cuando llegué [al emplazamiento de protección de civiles] había mucha gente, no había seguridad ni dentro ni fuera, el terreno estaba empantanado y nos refugiábamos en tiendas de campaña. Era imposible encontrar una escuela”.

Nyaruon supo de la existencia de los servicios de educación de emergencia por primera vez gracias a los líderes locales de la comunidad. Se dio una caminata por el emplazamiento para encontrar la escuela más cercana.

Ahora, intenta ir a la escuela cinco días a la semana y estudiar los fines de semana. Además de hacer sus deberes, Nyaruon ayuda a sus padres a cuidar de sus ocho hermanos. Algunas de sus tareas diarias consisten en recoger agua, cocinar y lavar la ropa.

Hoy está sentada ante el examen Primaria 8. “He estado estudiando hasta esta mañana temprano para ir bien preparada. El examen de matemáticas ha sido muy difícil, pero he hecho lo que he podido”.
  

El regreso del Primaria 8

Sudán del Sur, el país más joven del mundo, confronta algunos de los indicadores más bajos en la educación. Más de la mitad de los niños con edad de asistir a la escuela primaria y secundaria no lo están haciendo. La tasa de alfabetización de adultos es, aproximadamente, del 32%; en el caso de las mujeres es de un 25%.

El padre de Nyaruon, Peter Biel, nunca fue a la escuela. Para él, es fundamental que Nyaruon complete su educación. “Necesito que Nyaruon vaya a la escuela para que se convierta en una persona responsable, que pueda conseguir cosas buenas en la vida y que, cuando tenga su propia familia, les transmita sus conocimientos. Les servirá de ejemplo”, asegura.

UNICEF South Sudan/2016/Hamer

Dos niños en el emplazamiento de protección de civiles. Unas 120.000 personas que huyeron de sus hogares durante el transcurso de más de dos años de conflicto han encontrado refugio aquí.

Sin embargo, el espacio de este emplazamiento sobrepoblado es limitado, lo cual supone un obstáculo para crear más escuelas. No hay educación secundaria, y eso condicionará gravemente las oportunidades de los estudiantes que completen la educación primaria y aprueben el Primaria 8.
  

La educación fuera del emplazamiento

Bentiu, la capital del estado, se encuentra a tan solo 10 kilómetros del emplazamiento de protección de civiles por una carretera llena de baches.

La entrada a la ciudad, prohibida para los trabajadores humanitarios durante la mayor parte del año pasado, vuelve a estar abierta. UNICEF está trabajando para reconstruir y volver a abrir otras siete escuelas.

De hecho, 11 jóvenes están realizando el Primaria 8 en Bentiu al mismo tiempo que los estudiantes de dentro del campamento, lo que demuestra que la petición de un espacio para los niños que había fuera del campamento ha tenido éxito.

Además, el examen tiene un significado especial para la propia comunidad. “Realizar este examen sube los ánimos de los niños y de sus familias, y animará a otros niños a matricularse en la escuela cuando vean que sus amigos lo aprueban”, asegura Ding.

Nyaruon, por su parte, ya ha puesto las miras en lo que vendrá después del Primaria 8. Puesto que vive en el campamento con su familia, tiene la esperanza de que pronto exista la posibilidad de que aparezca una escuela secundaria en el emplazamiento de protección de civiles de Bentiu.

El objetivo de UNICEF es lograr que 30.000 niños y jóvenes que viven en el emplazamiento puedan volver a la escuela antes de que acabe 2016.