#ReabramosLasEscuelas

No hay tiempo que perder

Instalación de aula de UNICEF con la pizarra que contiene el reloj
UNICEF/UN0522076/Gary He/UNICEF via Getty Images

Nos enfrentamos a una crisis educativa. La pandemia ha arrebatado sus aulas a casi 77 millones de niños durante los últimos 18 meses.

El derecho a ir a la escuela y aprender es fundamental para el desarrollo, la seguridad y el bienestar de todos los niños. Sin embargo, las aulas permanecen cerradas en muchos países mientras se mantiene la actividad social en restaurantes, salones y gimnasios.

Esta generación de niños y jóvenes no puede permitirse sufrir más interrupciones en su educación, por lo que UNICEF hace un llamamiento a los gobiernos para reabrir las escuelas lo antes posible y recuperar la educación.

 

Instalación "No hay tiempo que perder" en la sede de las Naciones Unidas

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UNICEF

Por qué las escuelas deben reabrir lo antes posible

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“Los niños deben volver a recibir una enseñanza presencial lo antes posible”

El coste del cierre de las escuelas ha sido devastador para el aprendizaje, la salud y el bienestar de los estudiantes.

Las repercusiones para cada niño, su familia, su comunidad y su situación económica se dejarán sentir durante años. Muchos niños nunca se pondrán al día.

Aunque el cierre de las escuelas afecta a todos los niños, son los más vulnerables quienes sufren las peores consecuencias.

Algunos estudiantes han podido acceder a la enseñanza a distancia durante los cierres de las escuelas, pero muchos han tenido dificultades debido a la falta de medios. Al menos un tercio de los escolares del mundo no tiene acceso a la enseñanza a distancia.

“Al menos 1 de cada 3 escolares no tuvo acceso a la enseñanza a distancia durante el cierre de las escuelas”

El cierre de las escuelas ha provocado una reducción de la actividad física y un empeoramiento de la alimentación, un aumento de los niveles de ansiedad y autolesión, y la exposición a la violencia doméstica.

Para muchos niños, las alternativas a la escuela son el trabajo infantil, el matrimonio infantil y el embarazo adolescente. Una vez que esto ocurre, puede llegar a ser imposible que las niñas o los niños vuelvan a la escuela.

Mantener a los niños en casa también ha provocado que los padres tengan que dejar sus trabajos, especialmente en países donde las políticas de permisos familiares son inexistentes o su alcance es limitado.

Y esto a pesar de las pruebas que demuestran que, hasta la fecha, las escuelas no han sido un factor determinante en la transmisión de la COVID-19 en las comunidades.

La Organización Mundial de la Salud estima que solo se deben cerrar las escuelas en casos extremos. Y en esos casos, solo como medida temporal de último recurso.

Está claro: los gobiernos deben priorizar el apoyo a las escuelas y tomar todas las medidas posibles para reabrirlas de forma segura.

El futuro de la próxima generación depende de ello.

“Las escuelas deben ser las últimas en cerrar y las primeras en reabrir”

Reabrir las escuelas y mantenerlas abiertas

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"Es mejor ir a la escuela a pesar de la COVID-19 porque es la puerta de entrada al futuro". Darina, 16 años

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"Todos los niños del mundo deberían ir a la escuela en persona". Favour, 12 años