UNICEF promueve formación de niñez y adolescencia migrante en producción audiovisual
Con el apoyo de UNICEF y la escuela de cine comunitario de ACISAM, niñas, niños y adolescentes migrantes retornados descubren en el lenguaje audiovisual una vía para su bienestar psicológico, el desarrollo de nuevas habilidades y la creación artística.

San Salvador, 7 de julio de 2023. “El cine comunitario es una herramienta que me sana” opina Kenia Cortez, de 14 años, participante de talleres de cine comunitario impartido por ACISAM con el apoyo de UNICEF.
Kenia es una adolescente retornada que a los 8 años se despidió de su mamá y su hermana mayor, quienes emprendieron un peligroso viaje, viajando de forma irregular, hacia Estados Unidos. “Yo quería reencontrarme con mi mamá y mi hermana mayor, deseaba estudiar y ayudar económicamente a mi papá, porque sería muy feliz si tuviera mejores condiciones aquí en El Salvador”, sostiene.
Con la idea del reencuentro familiar, salió el 11 de marzo del 2022 de San Miguel junto a su hermana, Ana Esperanza, de 16 años. Querían llegar a Washington, pero el viaje terminó cuando autoridades mexicanas las detuvieron en el camino y las retornaron a Guatemala. Allí estuvieron viviendo dos meses en un refugio para la niñez migrante.
Cuando finalmente pudieron regresar a El Salvador y se reunieron con su padre se sintieron seguras. “Cuando regresamos al país mi papá nos llegó a traer y cuando el coyote nos dijo que podíamos volver a intentarlo mi papá dijo que no”, asegura.
Un año después de haber retornado, Kenia reflexiona: “es un sacrifico muy grande estar lejos de mi mamá porque uno siempre necesita ese amor. Lo que nos salva es que tenemos un papá ejemplar que trabaja para darnos lo necesario, nos escucha y nos apoya siempre”.

UNICEF junto con ACISAM, en coordinación con el CANAF y Brazos Abiertos, han organizado un programa de cine comunitario como parte de los procesos de reintegración. En este se imparten talleres a niñas, niños y adolescentes sobre habilidades audiovisuales y derechos de la niñez migrante y protección a sus derechos. Este apoyo es posible gracias a la Unión Europea, a través de la iniciativa de Promoción Global de las Mejores Prácticas para la Protección de la Niñez Migrante.
Camila Joachin Ramírez, de 18 años, es una de las facilitadoras de ACISAM que coordina el taller de cine comunitario en el que participan las hermanas Kenia Cortez y Ana Esperanza Cortez, de San Miguel, y otros jóvenes originarios de Chalatenango y Apopa.
“Considero que una persona retornada se siente confundida y este espacio es una forma de desarrollar habilidades, de invertir el tiempo en algo que puede servirles en el futuro, la idea es elevarles su autoestima y si comparten con otras personas en su misma situación y de su edad, ya es ganancia”, enfatiza la joven videasta.
Para Kenia, quien actualmente estudia sexto grado, este taller le dará la oportunidad de participar en la creación de un corto audiovisual sobre la migración, siendo asistente de cámara.
“Este curso me ha gustado porque nos enseñan cómo usar cámaras profesionales y a tener un buen ángulo para grabar videos de esos que salen en las películas, en lo personal me gustaría hacer uno sobre la reforestación y el cuido del medio ambiente”, sostiene Kenia.
Ana Esperanza cursa octavo grado en el centro escolar Colonia San Francisco y será la directora de un cortometraje que abordará el embarazo en adolescentes: “creo que esta es una buena oportunidad porque se aprende a hablar ante cámara y nos distraemos, pensamos positivo, conocemos nuevas personas”.
La adolescente agrega que hay jóvenes que nunca han tenido la oportunidad de estar en espacios de formación creativos y merecen tener la oportunidad de incorporarse para reconocer sus talentos “y que puedan expresar lo que piensan y lo que sienten sin miedo a ser juzgados”.
Camila, que también recibió este taller y ahora es facilitadora, grabó su primer corto titulado “Esperanza”, que trata sobre una joven que durante el encierro de la pandemia por COVID-19 vivió episodios de ansiedad debido a la soledad y encontró en el baile una forma de desahogo y expresión.
“Me gustaría hacer más conciencia (…) sobre la migración porque hay cifras y libros, pero las personas somos mucho más visuales, son temas sociales que me interesa que la gente conozca desde el lenguaje audiovisual”, detalla Camila.


