Las Naciones Unidas presentan un plan de respuesta humanitaria mundial a la pandemia del COVID-19
Declaraciones de la Directora Ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore
Recursos multimedia disponibles en: https://uni.cf/2UwTfIi
NUEVA YORK, 25 de marzo de 2020 – “En solo unos meses, el COVID-19 ha cambiado por completo la vida de los niños de todo el mundo. Cientos de millones no están yendo a la escuela. Muchos padres y cuidadores han perdido su trabajo. Se han cerrado las fronteras.
“Los niños son las víctimas ocultas de esta pandemia, y nos preocupan las repercusiones que pueda tener a corto y largo plazo sobre su salud, su bienestar, su desarrollo y sus perspectivas.
“Nos preocupa su falta de acceso a servicios de agua y de higiene. Como saben, lavarse las manos con jabón es fundamental en la lucha contra el COVID-19. Sin embargo, el 40% de la población mundial (3.000 millones de personas) no dispone de instalaciones para lavarse las manos con jabón en su hogar.
“Y lo que es peor aún: el 16% de los centros de atención de la salud, o uno de cada seis, no cuenta con servicios de higiene. Además, en más de una tercera parte de las escuelas de todo el mundo y en la mitad de las escuelas de los países menos adelantados no existe ni tan siquiera un lugar donde los niños puedan lavarse las manos.
“Nos preocupa su educación. Más de la mitad de los estudiantes del mundo se han visto afectados por el cierre de las escuelas a nivel nacional en al menos 120 países.
“Esperamos que la mayoría de esos estudiantes puedan reanudar su educación tan pronto como mejore la situación. Sin embargo, sabemos por experiencia que, cuanto más tiempo pasen los niños más vulnerables sin ir a la escuela, menos probabilidades tendrán de regresar.
“El cierre de las escuelas no solo está limitando su acceso a la educación, sino también a los programas de salud y nutrición de la escuela, al agua limpia y a la información rigurosa.
“Por esta razón, UNICEF está trabajando con los ministerios de educación de todo el mundo para encontrar posibilidades alternativas de aprendizaje, ya sean clases en línea o a través de programas de radio y televisión.
“Además, junto con la OMS y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, hemos elaborado directrices para que los padres, los profesores, los administradores de las escuelas y otras personas sepan cómo ayudar a los niños a seguir estudiando en condiciones de seguridad.
“Nos preocupa la protección de los niños. Por anteriores emergencias de salud, sabemos que los niños están más expuestos al peligro de la explotación, la violencia y los abusos cuando se cierran las escuelas, se pierden puestos de trabajo y se restringen los desplazamientos.
“Por ejemplo, el cierre de escuelas durante el brote del ébola en África Occidental de 2014 a 2016 ocasionó un gran aumento del trabajo infantil, el abandono, los abusos sexuales y los embarazos adolescentes.
“También nos preocupa su acceso a servicios básicos de salud, como la inmunización y el tratamiento de enfermedades infantiles. No podemos salvar a un niño del COVID-19 y después perder a muchos otros a causa de la neumonía, el sarampión y el cólera.
“Nos preocupa su salud mental. Los niños y los jóvenes están perdiéndose algunos de los mejores momentos de sus vidas: conversar con amigos, participar en clase y disfrutar del deporte. Esto incrementa la ansiedad y puede ocasionar cambios en el comportamiento. Hemos publicado directrices para los padres, los profesores, los niños y los jóvenes, para ayudarlos a sobrellevar estos momentos difíciles. La depresión y la salud mental son una realidad y están afectando a una de cada tres personas”.
“Estamos especialmente preocupados por millones de niños que se encuentran en tránsito o que viven en medio de conflictos. Para ellos, las consecuencias de esta pandemia serán muy distintas a las que hayamos visto hasta ahora. Estos niños viven en lugares hacinados, a menudo en zonas de guerra activas, con acceso limitado o inexistente a atención de la salud. Hay familias de seis, de ocho, de 10 o de 12 personas viviendo en una habitación. Practicar el auto aislamiento y lavarse las manos con jabón no será fácil en esas circunstancias.
“Por estas razones, la financiación destinada a este plan de respuesta humanitaria mundial para el COVID-19 es tan importante.
“Solo UNICEF ha hecho un llamamiento de 405 millones de dólares para nuestra respuesta en países en situación de emergencia. Además, necesitamos 246,6 millones de dólares más para nuestra respuesta en países que no están en situación de emergencia.
“Por tanto, nuestro llamamiento asciende, en total, a 651,6 millones de dólares.
“Con ayuda de la comunidad internacional, todos juntos podremos apoyar los planes de preparación y respuesta en países con sistemas de atención de la salud más frágiles.
“Podremos mejorar el acceso a servicios de saneamiento y lavado de manos adecuados.
“Podremos ampliar nuestro compromiso con las comunidades para proporcionarles la información que necesitan para evitar el contagio.
“Podremos mantener un flujo constante de equipos de protección personal, como batas, mascarillas, gafas protectoras y guantes, con el fin de facilitar la prevención y el control de la infección al tiempo que protegemos la seguridad de nuestros valiosos e incansables trabajadores de la salud.
“Por último, podremos seguir trabajando con los gobiernos para fortalecer los servicios de protección, la asistencia psicosocial y las oportunidades de aprendizaje a distancia para todos los niños, especialmente los más vulnerables.
“Gracias.”
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