Serigrafía, radio y a+ felicidad: Mi adolescencia acompañada

Marcelo recomienda a los adolescentes de La Habana unirse al Centro a+, espacios adolescentes. Para él ha sido una experiencia que lo ha ayudado a expresarse de forma creativa en esta difícil etapa

Yerisleydys Menendez García
Marcelo en a+: Foto cortesía de a+
Foto cortesía de a+
19 Marzo 2021

Marcelo resalta entre sus compañeros. Su disponibilidad para cooperar con cualquier actividad dentro del Centro a+ espacios adolescentes lo convierte en uno de los más comprometidos. Ante cualquier pregunta, Marcelo levantará su mano, y participará.

EL Centro a+ surge en colaboración con UNICEF en el año  2017. Desde entonces, trabajan de conjunto en pos de crear entornos seguros, libres de violencia para adolescentes de La Habana. UNICEF apoya la adquisición de insumos para los talleres que ahí se desarrollan y también contribuye con asesorías técnicas y espacios de capacitación para los profesionales que ahí trabajan. 

Durante el 2020 y gracias al apoyo de la Xunta de Galicia de España fue adquirido para el Centro un equipo de serigrafía que Marcelo espera con ansias utilizar luego de que reinicien los talleres suspendidos por la COVID-19. Aprendió desde pequeño el gusto por los tintes y las impresiones, visitando el taller serigráfico “René Portocarrero”, donde trabaja su mamá.

 “La serigrafía fue lo que me conectó con el Centro a+, comenta Marcelo. Un día estábamos en el taller y ella tuvo que entregar unos carteles en ese lugar, yo la acompañé. En aquel momento, para mí, solo era un edificio en donde se hacían cosas con adolescentes. Todavía recuerdo cuando doblamos por la calle de la farmacia Sarrá, era una calle estrecha. Cuando vi por fuera la entrada, no me parecía nada fuera de lo común, hasta que descubrí su interior”

Marcelo recuerda que lo primero que le llamó la atención fueron las grandes pantallas de la recepción, donde los visitantes pueden interactuar con videojuegos educativos. Le interesó mucho ver a un diverso grupo de muchachos y muchachas, casi de su edad, hablando, escuchando música e inscribiéndose para los talleres que comenzarían muy pronto: Talleres para la creación de historietas, de dibujos, de fotografía, de física. Le encantó lo que vio.

“No perdí tiempo, recuerda. Aproveché que mi mamá le entregaba los carteles a la directora y le pregunté sobre el lugar, sobre los talleres, sobre como inscribirme. Quería sacar partido a la oportunidad de socialización que me daba ese espacio”

Marcelo en a+: Foto cortesía de la familia
Foto cortesía de la familia
Marcelo en a+: Foto cortesía de la familia

“No perdí tiempo, recuerda. Aproveché que mi mamá le entregaba los carteles a la directora y le pregunté sobre el lugar, sobre los talleres, sobre como inscribirme. Quería sacar partido a la oportunidad de socialización que me daba ese espacio”

—Todavía no tienes edad suficiente— me comentó la directora, luego de responder a todas mis inquietudes.

—Cuánto tiempo tengo que esperar pregunté.

—Un año.

—De acuerdo.

“Y así lo hice. Durante un año mantuve la ilusión y visitaba frecuentemente el lugar para estar al tanto de las actividades que se desarrollaban.  El verano siguiente me pude inscribir en varios talleres, esos son mis favoritos dentro de todo lo que ahí se hace, los talleres y los espacios de consejería”  

Solo en su versión online, a+ Felicidad, un espacio destinado a ayudar a los adolescentes a cuidar su salud mental, ha logrado una interacción con alrededor de 1259 muchachos y muchachas.  “Esta iniciativa, surgió cuando más la necesitábamos”, repasa Marcelo.  “Recuerdo que no podíamos salir de casa, estábamos todo el día entre cuatro paredes, eso puede ser muy estresante para los adolescentes muy activos, como yo.  Lo peor era no tener una fecha clara de cuándo podríamos volver afuera. Todos no reaccionamos de la misma forma al confinamiento, pero tener un espacio positivo, divertid y atractivo para conversar sobre lo que estábamos sintiendo fue genial”. 

La consejería a+ Felicidad es solo uno de las múltiples iniciativas que se proponen en el centro para la población adolescente y sus familias. Promover el auto cuidado y la protección de la salud mental, así como los servicios de atención individualizada, ha contribuido a potenciar las fortalezas y autenticidad de los adolescentes participantes para su desarrollo sano e integral.

El Centro a+ espacios adolescentes es uno de los 7 entornos protectores de la Habana y Granma que apoya UNICEF. Estos contextos participativos y libres de violencia fueron garantizados para alrededor de 38 000 niños y adolescentes solo en 2020. Para Marcelo, parte importante del por qué a los jóvenes les gusta tanto ir a ese centro, tiene que ver con el trato que reciben por parte del personal que ahí labora. UNICEF también contribuye con el fortalecimiento de capacidades de profesionales vinculados a estos espacios. Cerca de 73 trabajadores se formaron en temas relevantes para el trabajo respetuoso de los derechos de los adolescentes, las potencialidades de la cultura como entorno protector y los mecanismos de prevención de la violencia a nivel comunitario.

“Aquí he hecho grandes amigos y me he divertido mucho, descubrí un espacio en el que muchos jóvenes comparten gustos, ideas, pasatiempos y sobre todo existe un ambiente de cooperación y de participación. 

Durante los meses de la cuarentena y como parte de las actividades que se mantuvo realizando el centro, UNICEF brindó apoyo técnico a la realización del taller virtual: Vivir la adolescencia en tiempos de COVID-19. Marcelo fue uno de los participantes. “En este encuentro aprendí varios métodos de comunicación y de autoprotección muy importantes. Para completar mi satisfacción, unos meses después fui invitado a unas audiciones para el programa de radio Contigo Somos + y resulté seleccionado. Actualmente me encuentro en este programa como locutor junto a mis queridísimas Amisadai y Lorena y todo el colectivo de realización”, comenta Marcelo.

Marcelo en programa Contigo somos más: Foto cortesía de la Familia
Foto cortesía de la Familia
Marcelo en programa Contigo somos más: Foto cortesía de la Familia

“Puedo decir que formar parte de la familia de a+ y de UNICEF es una experiencia de gran valor para mí.

He podido desarrollar mis gustos y conseguir oportunidades increíbles de expresarme de forma creativa. A todos aquellos que tengan la posibilidad de unirse les sugiero que la aprovechen. El centro a+ espacios adolescentes es una experiencia que cambia y enriquece vidas en este momento especial que es la adolescencia”, concluye.