Patricia Juan Pérez: “adolescentes y jóvenes son una gran fuerza para el ambientalismo en Cuba”
Patricia es una joven de 21 años que coordina un proyecto de educación ambiental. Ha encontrado en la campaña Mi acción por el Planeta, coordinada por la oficina de UNICEF en Cuba, un valioso espacio de aprendizaje e intercambio.
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Patricia Juan Pérez tiene 21 años y estudia Historia del Arte en la Universidad de La Habana. Desde su experiencia en el activismo ambiental, ha estado vinculada a la campaña Mi acción por el Planeta, coordinada por la oficina de Unicef en Cuba, en coordinación con el Ministerio de Educación y otras entidades.
Patricia fundó, el proyecto de educación ambiental “Gaia” junto a su compañera de universidad Paula Najmías. “Surge a partir de nuestro interés por involucrarnos, de forma activa, en la educación ambiental de niños, niñas y adolescentes. Detectamos la necesidad de actualizar y dinamizar las formas de aprendizaje con relación al tema del medio ambiente y decidimos comenzar el proyecto para contribuir a una formación más completa, que lograra un impacto a nivel local”.
Ellas se proponen concientizar a las personas más jóvenes sobre los problemas climáticos que enfrenta el mundo hoy y motivarlos a convertirse en actores de cambio en el contexto en que se desarrollan. También quieren promover un diálogo intergeneracional, en el cual encuentren espacio las opiniones de la juventud y estas aporten a los procesos de toma de decisiones.
Patricia se conectó con el trabajo de UNICEF Cuba sobre empoderamiento adolescente frente al cambio climático, a partir de su selección para participar en el evento Youth4Climate, que formó parte de la PreCOP26. “El equipo de Unicef Cuba contactó conmigo y me ofreció apoyo y recursos educativos para prepararme para el Y4C. A partir de ahí, comenzamos a colaborar en varias experiencias y actividades relacionadas con la acción climática”.
“También he participado en los talleres de la campaña Mi Acción por el Planeta, que durante la pandemia han resaltado como un espacio valioso para la educación ambiental. Colaboré en la promoción de la campaña en el programa televisivo El Triángulo de la Confianza y como redactora para la sección de noticias de la página de Unicef Cuba. Además, estuve como delegada joven en la Segunda Conferencia de Evidencia Científica y Políticas Públicas: Cambio Climático en América Latina y el Caribe, auspiciada por Unicef Latinoamérica y la Fundación Meri”.
Mi acción por el planeta es una campaña de UNICEF Cuba que promueve el empoderamiento y el protagonismo adolescentes en la gestión inclusiva de los multirriesgos de desastres y en la resiliencia ante los efectos negativos del cambio climático en Cuba. Su principal público son niños y niñas de 250 comunidades de 6 provincias del país expuestas a multirriesgos. A su vez, trabaja con alrededor de 50 adolescente y jóvenes de proyectos ambientalistas de 8 territorios de la nación cubana.
Para Patricia el principal valor de la campaña y los talleres es que han alcanzado a adolescentes y jóvenes de varias provincias. La mayoría de las iniciativas de este tipo se centran en la capital. En esta experiencia contamos con participantes de diferentes regiones y ha sido importantísimo. Nos permitió conocer experiencias muy disímiles y unir fuerzas entre una red más amplia de adolescentes y jóvenes. La modalidad virtual ha sido una herramienta importante para mantener el trabajo en materia climática, a pesar de la pandemia. Valoro, especialmente, los eficaces materiales didácticos compartidos por Unicef como parte de la campaña”.
Patricia considera que adolescentes y jóvenes son una gran fuerza para el ambientalismo en Cuba, por receptivos, abiertos a las nuevas ideas y entusiastas.“La inclusión de las nuevas generaciones en la acción climática es esencial para que se sientan parte del movimiento y se sumen a él de forma consciente. Es necesario contribuir a una formación sólida en el tema que les permita aportar soluciones e iniciativas para mitigar los efectos del cambio climático”.
Para Patricia, iniciativas como Mi acción por el Planeta son fundamentales para avanzar en el camino hacia una educación ambiental efectiva. No obstante, considera que existen aún muchos desafíos en este sentido.
“Me parece que existen de base concepciones erróneas en relación a la educación ambiental y desconocimiento sobre el impacto humano en el medio ambiente y sus consecuencias. Cambiar esas percepciones, que muchas veces están fundadas por las familias y otros espacios de intercambio, es uno de los mayores retos”.
“Desde mi punto de vista, la tarea más complicada es que adolescentes y jóvenes no solo aprendan los contenidos relacionados al tema climático, sino que los apliquen en su día a día. Conseguir esto constituye el mayor logro de una educación ambiental eficaz, pues su principal objetivo es transformar los modos de vida y, de esta forma, promover un desarrollo más sostenible”.