Alina y Odel: “aunque son pequeños, nuestros niños necesitan ser escuchados”
Alina y Odel, junto a su hijo Oliver, son una de las familias beneficiadas por el proyecto Crianza Respetuosa. Sus aprendizajes, desafíos y certezas aportan claves sobre la crianza respetuosa.

Alina y Odel son los padres de Oliver, de 2 años de edad. Odel es también el papá de Marina, con 12. Han estado juntos –aunque de una manera peculiar- en los espacios de acompañamiento psicológico del proyecto Crianza Respetuosa. Se trata de una experiencia de la Sociedad Cubana de Psicología y la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana que se desarrolla con el apoyo de la Oficina de UNICEF Cuba.
El proyecto tiene como objetivo promover la educación participativa, respetuosa y libre de violencias de niños, niñas y adolescentes. Con este fin, ofrece servicios de acompañamiento y asesoría psicológica en plataformas virtuales.
Alina trabaja en el sector del turismo, detenido prácticamente desde el inicio de la pandemia, y Odel es entrenador personal. Con la llegada de la COVID-19, ella quedó interrupta en su trabajo, mientras él ha estado laborando fuera de casa de manera permanente.
Así, se han sumado desafíos para la familia: el riesgo de contagio para el niño y los padres de Alina, la imposibilidad de cercanía de Oliver y Marina –su hermana-, la complejidad de la crianza en esta etapa de la vida y la necesidad de avanzar, más allá del contexto.
Juntos, Odel y Alina, han encontrado una dinámica que les permite aprender juntos, debatir caminos posibles y temas complejos, y, sobre todo, criar con respeto.
Desafíos en pandemia
Alina cuenta: “Para mí la pandemia fue una buena noticia, pues debía comenzar a trabajar cuando mi bebé tenía cuatro meses. Al quedar interrupta, pude dedicarme al niño por completo y disfrutar mi maternidad, aunque con el peso que implicaba quedarme sin trabajo y sin respaldo económico”.
“Mi esposo debía seguir trabajando y podía contagiar a mis padres que son mayores y con algunas enfermedades de riesgo. Por suerte, hasta el momento, ninguno de mis seres queridos o yo, hemos contraído el virus. El mayor reto para la crianza de Oliver en esta etapa ha sido dejar a un lado el estrés que provoca la situación que vivimos para ofrecerle a mi hijo una mamá contenta, con deseos de jugar y un ambiente de confianza en el que todo está y estará bien”.
Odel resalta la ayuda de su suegro y su suegra durante el primer año de vida del bebé -luego se mudaron solos los tres- a la vez que lista las principales dificultades que han enfrentado en esta etapa:
“Oliver no ha podido interactuar con niños de su edad, pues hemos preferido asumir su cuidado en casa. Tampoco ha tenido una relación estrecha con su hermana. Esto es algo que nos ha afectado mucho y en lo que tendremos que trabajar cuando volvamos a la nueva normalidad”.
“Mi esposa y yo nos esforzamos porque Oliver aprenda cosas nuevas, pero nunca es igual que en un círculo infantil, porque el aprendizaje es, en su esencia, un ente social, y la dinámica familiar a veces no permite toda la interacción que desearíamos con él. El mayor reto ha sido no transmitirles a mis hijos nuestras incertidumbres y preocupaciones. La escasez, el desempleo, la preocupación por nuestros familiares y amistades, son temas muy difíciles de manejar”.
Aprendiendo sobre crianza respetuosa
Alina conoció de los espacios de apoyo psicológico para padres, madres y personas cuidadoras a través de Facebook. Entró sin dudarlo al grupo de WhatsApp –primer servicio brindando por el proyecto- y ha compartido estos aprendizajes con su esposo, que no puede estar de forma activa en las sesiones a causa de su trabajo. Para ambos, ha sido un proceso útil y oportuno.
“He aprendido muchísimas herramientas psicológicas para lidiar con diferentes situaciones que se me presentan a mí y a otras madres del grupo, las cuales me sirven para el futuro. Por ejemplo, ahora mi niño está en la crisis de los dos años, mostrando su frustración a menudo. Ya estaba preparada para esta etapa, no solo con la teoría que había leído desde hacía tiempo, sino también con la práctica de las personas del grupo, aconsejadas por las psicólogas. El proyecto nos ha traído paz, seguridad en que lo estamos haciendo bien y certeza de que, si algo va mal, tendremos ayuda para superarlo”, comenta Alina.
Para Odel, ha sido muy interesante la posibilidad de compartir sus situaciones con otros padres y retroalimentarse a través de las experiencias de otras familias.
“El enfoque de crianza respetuosa nos ha ayudado a estar más unidos: traza líneas comunes entre las partes más cercanas al bebé. Hemos dejado viejos tabúes y nos enfocamos más en el niño, así como en sus derechos y necesidades, poniendo el amor y la empatía siempre por el medio”, afirma.
Para esta familia la crianza respetuosa es una manera de educar desde el amor y la empatía: “Implica tener en cuenta que, aunque son pequeños, nuestros niños y niñas son seres humanos que necesitan ser escuchados, que se tengan en cuenta sus necesidades y, sobre todo, ser respetados”.
Ficha familiar
Mamá: Alina de O Joya
Papá: Odel Padrón Rodríguez
Hijo común: Oliver Padrón de la O, 24 meses
Hija de Odel: Marina Padrón Fadraga, 12 años
Proyecto Crianza Respetuosa
Crianza Respetuosa es un proyecto de la Sociedad Cubana de Psicología, la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana y la Oficina de UNICEF-Cuba. Tiene como objetivo promover una educación de niños, niñas y adolescentes participativa, respetuosa y libre de violencias. El proyecto ofrece servicios de acompañamiento y asesoría psicológica en plataformas virtuales.
Facebook: www.facebook.com/crianzayrespeto/
Canal de Telegram: https://t.me/lacrianzarespetuosa