Una infancia protegida desde la gestación

Marta y su hija Luciana son beneficiarias del Programa Chile Crece Contigo

UNICEF
Marta
UNICEF
26 Diciembre 2019

SANTIAGO, Chile - Marta Olave fue madre hace casi un año de la pequeña Luciana, quien nació de 35 semanas. Prematura según el diagnóstico médico. Es su primera hija y juntas han recorrido un camino de aprendizajes mutuos de la mano del Programa Chile Crece Contigo en la comuna de Maipú, en la región Metropolitana, donde ambas residen.

Para Marta su embarazo fue sorpresivo, pero “nos pilló en un buen momento con mi pareja, así que después de la sorpresa fue solo felicidad por la espera”. Confiesa que cuando supo que estaba embarazada tenía temor de atenderse en el sistema público de salud, a pesar de ser cotizante del Fondo Nacional de Salud (FONASA). “Al principio fui bastante reacia a atenderme en el sistema público de salud, pero con el tiempo me di cuenta que tiene bastantes más garantías que el sistema privado respecto de la protección y cuidado de los niños”.

Cuenta que comenzó a averiguar, a conversar con amigas y decidió por atenderse en el Centro de Atención Familiar Dr. Luis Ferrada Urzúa, de la comuna de Maipú. “Allí comencé mis controles maternales hasta que nació la Luciana. La primera vez me hablaron del Chile Crece Contigo y me explicaron todos los beneficios que mi bebé y yo teníamos”. Durante su periodo de gestación participó de talleres, conversatorios, recibió atención personalizada y de calidad en cada control mensual y se sintió siempre “muy acogida y acompañada”. Meses más tarde Luciana nación en el Hospital El Carmen.

Como beneficiaria del Chile Crece Contigo valora el cuidado y apoyo que ha recibido durante este tiempo, como los controles prenatales, donde contó con la asesoría de la nutricionista que la ayudo con su alimentación, y los controles mensuales con Luciana. “Para mí lo más importante es el seguimiento que nos han realizado. Me he sentido muy acompañada, sobre todo, por la preocupación por mi bebé”.

“En los talleres de lactancia habían otras mamás y compartir experiencia con otras mujeres, que se encontraban en la misma situación, me ayudó a disminuir la ansiedad y los miedos….ahí me di cuenta que yo no era la única que estaba viviendo esto. Esto definitivamente marca la diferencia en el aprendizaje de ser mamá”, relata Marta.

Marta tuvo problemas para que su hija Luciana se acoplara al pecho y comenzara de buena manera su lactancia. “Cuando Luciana fue dada de alta del hospital, nos dimos cuenta que no subía de peso. Yo no tenía experiencia y eso me acongojaba. Uno se llena de miedos, que hospitalicen a tu guagua ….cuando llegamos al consultorio, desde el día uno comenzamos a trabajar en eso. Me citaban una o dos veces a la semana la nutricionista, comencé a asistir a talleres de lactancia materna y me enseñaron, por ejemplo, la posición que debe tener el bebé en el pecho, cómo debía tomarla, me enseñaron cuanto tiempo debía estar la niña al pecho”.

El acompañamiento durante este proceso también fue para Marta. La matrona del consultorio le enseñaba cómo prepararse para conectarse con su hija. “En los talleres de lactancia habían otras mamás y compartir experiencia con otras mujeres que se encontraban en la misma situación me ayudó a disminuir la ansiedad y los miedos….ahí me di cuenta que yo no era la única que estaba viviendo esto. Esto definitivamente marca la diferencia en el aprendizaje de ser mamá”.