Dar a luz en pandemia por COVID-19: El desafío de cuidar de dos vidas al mismo tiempo
En el Centro de Salud Integral Nuevos Horizontes de El Alto

Mery dio a luz a su segunda hija en el Centro de Salud Integral Nuevos Horizontes, a diferencia de la primera que nació en su casa. La partera de su primera hija fue su propia madre, quien a su vez dio a luz en su casa a siete de sus ocho hijos.
“Yo confíe en mi mamá porque ella ya sabía cómo hacer que nazcan los bebés sobre la base de su propia experiencia, aunque fue muy doloroso mi hija nació sin problemas. Ahora tiene tres años. Por la pandemia del COVID-19 he tenido temor de quedarme en casa nuevamente para dar a luz, podría haber tenido alguna complicación y he decidido venir al Centro con confianza”, afirma Mery mientras sostiene en brazos a su bebé Carol en una de las camas de la sala de puerperio del Centro de Salud Integral Nuevos Horizontes de la ciudad de El Alto.
La Dra. Judith Pocoata fue quien atendió a Mery durante su segundo parto. Ella es médico general, entrenada y capacitada para atención de partos sin complicaciones en el primer nivel de atención. “Mery hizo sus controles prenatales en el Puesto Mi Salud de Cupilupaca, que es parte de los establecimientos de salud de primer nivel la Red Corea. Ella llegó durante mi último turno nocturno junto a su pareja, sin una hoja de referencia de su médico. Cuando ya sintió los dolores de parto y porque su mamá está en provincia, seguramente se sintió insegura en su domicilio, y a sugerencia de su médico llegó al Centro. La atendí sin dudarlo, a pesar de que después de revisarla noté que su parto no sería fácil. La bebé nació grande y tenía el cordón umbilical envuelto en el cuello y en el brazo izquierdo, su longitud fue de 51 centímetros y su peso 3 kilos 950 gramos. Esa es la gran tarea de atender un parto, es cuidar de dos vidas al mismo tiempo”.
El Centro de Salud Integral Nuevos Horizontes es parte de la Red de Salud Corea y está abierto 24 horas al día y los 365 días al año. Sobre el servicio que prestan en el Centro la Dra. Pocoata informa, “la prioridad del Centro es el binomio madre niño, el control prenatal, el parto activo, la asistencia a los niños y niñas menores de cinco años con la aplicación de vacunas, el control de su estado nutricional y de desarrollo, entregamos los micronutrientes, vitamina A, chispitas y el Nutribebe; también atendemos a personas de la tercera edad y personas con discapacidad”.
La Red de Salud Corea es una de las cinco redes de la ciudad de El Alto, tiene 21 centros de salud, de ellos cinco son integrales como el Centro de Salud Integral Nuevos Horizontes. En palabras de su director, Dr. Guido Ampuero, “el Centro es muy concurrido, nos llegan pacientes de otros distritos porque a pesar de que la instalación no es muy grande, hemos aprovechado bien el espacio y tenemos una sala de prepartos, sala de partos equipada, sala de puerperio, ecógrafo, laboratorio, y lo más importante, personal médico capacitado en la normativa vigente, y con capacidad resolutiva para la atención de la madre y el niño”.
Sin embargo, al inicio de la pandemia del COVID-19, cuando se estableció la cuarentena rígida y las personas solamente podían salir de sus domicilios de acuerdo con la terminación del número de cédula de identidad, la cantidad de pacientes que acudía al Centro disminuyó notablemente. “En esta circunstancia el temor es que, debido a la falta de seguimiento durante el embarazo, una madre pueda tener complicaciones que puedan poner en riesgo su vida y la de su bebé. Lo positivo es que poco a poco las pacientes y sus familias han entendido que a pesar de la pandemia tienen que asistir a los controles. Las pacientes embarazadas cuando saben que tienen una cita tienen la seguridad de que van a llegar al Centro y van a ser atendidas”, afirma la Dra. Pocoata.
“En esta circunstancia el temor es que, debido a la falta de seguimiento durante el embarazo, una madre pueda tener complicaciones que puedan poner en riesgo su vida y la de su bebé. Lo positivo es que poco a poco las pacientes y sus familias han entendido que a pesar de la pandemia tienen que asistir a los controles. Las pacientes embarazadas cuando saben que tienen una cita tienen la seguridad de que van a llegar al Centro y van a ser atendidas”

Seguimiento a la atención de casos positivos a COVID-19
En el Centro cuando se identifica a una mujer embarazada positiva a COVID-19, se aplica el flujo de “Evaluación del riesgo COVID-19 en la atención obstétrica, triaje con medidas de bioseguridad y medidas de control de infecciones” del Ministerio de Salud y Deportes. Ello significa que tiene que aislarse por 14 días en su casa, seguir las orientaciones sobre cuidados en el hogar y hacer seguimiento vía celular en teleconsulta. Si después del aislamiento la paciente continua positiva se la refiere a un hospital COVID-19 donde le realizan vigilancia fetal por ultrasonido cada dos semanas hasta que las pruebas de laboratorio den negativas.
“El seguimiento a los casos positivos lo hacemos mediante teleconsulta vía el celular corporativo que nos entregaron el Ministerio de Salud y UNICEF. El celular nos facilita mucho el contacto y monitoreo de las pacientes, les recordamos las medidas que deben seguir, cómo cuidarse y sobre todo saben a qué número llamar en caso de surgir alguna emergencia”, comenta el Dr. Ampuero.
A toda mujer embarazada que va a entrar en trabajo de parto se le realiza la prueba antígeno nasal para COVID-19 donada por UNICEF, en el marco del programa “Prevención y respuesta al COVID-19 en Bolivia”. En caso de que su resultado salga reactivo a COVID-19 es referida inmediatamente a los establecimientos de tercer nivel para la atención de la madre y el niño, previa coordinación con el Centro Coordinador del Servicio Departamental de Salud (SEDES La Paz), pueden ir al Hospital de Chacaltaya o el Hospital del Norte en El Alto, en caso de que no hubiera espacio en ellos, se las refiere al Hospital de la Mujer en la ciudad de La Paz.
Según el director del Centro, “lo ideal sería poder hacer la prueba de antígeno nasal a todas las mujeres embarazadas en sus controles trimestrales, pero la cantidad de pruebas que tenemos disponibles solamente nos alcanza para hacerla a las que llegan en trabajo de parto”.
Material de bioseguridad para asegurar la atención
El mayor desafío que enfrenta el personal de salud es atender sin contagiarse y evitar el contagio entre las personas que asisten al Centro. Según la Dra. Pocoata, “al inicio de la pandemia era muy difícil convencer a las pacientes que usen barbijo. Las mamás por ejemplo se tapaban la nariz y boca con su manta o una prenda y me decían que ya estaban cubiertas; a eso yo con toda paciencia explicaba que la protección adecuada la da solamente el uso correcto del barbijo. Ahora la situación ha cambiado, hasta vienen usando doble barbijo, aceptan que se les rocíe con desinfectante en la puerta y se lavan las manos para ingresar”.
El Dr. Ampuero afirma que la bioseguridad es lo más importante para su centro de salud. “Al inicio de la pandemia no teníamos suficientes insumos de desinfección. La donación de UNICEF llegó en el momento que más necesitábamos. Las mascarillas, los trajes de bioseguridad, la lavandina y el detergente nos permitieron mantener la atención a la población y evitar los contagios. También hemos ubicado las cartillas informativas sobre lavado de manos, uso de equipo de protección personal, que hemos recibido durante los talleres de capacitación en lugares destacados del centro, están a la vista del público y de nuestro personal”.
Dos partos muy diferentes
Mery de 23 años y su pareja no esperaban tener a su segunda hija tan pronto, especialmente en tiempo de pandemia. Ella acudió al Puesto Mi Salud de Cupilupaca porque tenía dolores muy intensos en el vientre, pero luego de las pruebas de laboratorio y ecografía se confirmó su embarazo. “Al inicio tenía temor porque tenía amenazas de aborto, además la constante preocupación de contagiarme de COVID-19. Mi médico me recomendó que solamente saliera de casa para los controles, que usara barbijo y me lavara seguido las manos. Solamente salía para hacer mis compras de alimentos. He seguido sus recomendaciones y no me he contagiado”.
“La diferencia entre el parto en mi casa y el centro, es que en mi casa nadie me revisaba si estaba bien, llegaron los dolores y luego las contracciones y he pujado como me decía mi mamá. Ahora es diferente, ya nadie quiere atender en casa, hay temor por la pandemia. Mi hermana me dijo que tenía que venir al centro de salud si o si, porque si surgieran complicaciones no habría quien me ayude. He hecho bien en venir porque mi bebita era muy grande y he tenido un desgarro, no sé qué habría hecho en mi casa con la hemorragia. La doctora Pocoata me ha atendido bien, ella me ha ayudado para que ahora yo y mi bebita estemos bien y sanas”.
“Pero en ambos lugares el dolor es insoportable, casi no recuerdo nada de ambos partos, solo respiraba y respiraba, ya no me quiero acordar de ello. A las madres que van a dar a luz, les digo que vayan a sus centros de salud, allí les van a atender con seguridad”, afirma Mery con una sonrisa debajo el barbijo.