El viaje a Alemania de un niño sirio

Nawwar y su familia viajaron desde Siria a través de Turquía y Grecia, y finalmente desembarcaron en Alemania. Durante la peligrosa travesía, el niño imaginó que unos amistosos osos polares lo protegían

Por Thomas Nybo
02 Mayo 2016
UNICEF

BERLÍN, Alemania, 2 de mayo de 2016 – ¿Cómo se las arregla un niño de siete años para sobrevivir a una peligrosa travesía marítima con su familia que huye de la República Árabe Siria en busca de una vida más segura en Europa? Según Nawwar, de siete años, en su caso fue un grupo de osos polares imaginarios, flotando en el hielo, el que le protegió a él y a su familia mientras cruzaban el océano desde Turquía a Grecia en una balsa atestada de gente.

“Cuando íbamos en la barca vimos a unos osos blancos muy simpáticos”, dice Nawwar sin dudarlo. “Lo mejor del viaje fue ver a los osos blancos”.
  

Un viaje peligroso

El año pasado, centenares de niños se ahogaron en esa travesía, muchos de ellos eran bebés o muy pequeños. Nawwar y su familia fueron algunos de los afortunados que no perecieron.

“Lo más difícil fue tener que dormir sobre las rocas y subir y bajar montañas, arriba y abajo”, dice Nawwar. “Fue un viaje muy duro”.

“Es una larga historia”.
  

Una escuela y un amigo

La versión corta de la historia de Nawwar nos lo muestra llegando a Berlín hace tres meses y matriculándose en la Nelson Mandela School, una escuela internacional de la UNESCO que se define a sí misma como unas Naciones Unidas en miniatura y abarca a un alumnado diverso. Los estudiantes proceden de más de 60 países, y su programa de estudios bilingüe enseña a los niños en inglés y en alemán.

“En Siria no estaba yendo a la escuela”, dice Nawwar.

Su incorporación a las clases le resultó a Nawwar más fácil gracias a otro niño de siete años, Alec, quien actuó como su traductor del alemán. Los dos congeniaron rápidamente.

“Alec es un buen amigo y juego mucho con él”, dice Nawwar. “Jugamos al LEGO y al Minecraft”.

Alec habla con orgullo de su más reciente amigo.

“Es realmente impresionante lo que hizo” dice Alec. “Comenzó en Siria, viajó a Turquía, luego a Grecia, y después a Alemania. Es verdaderamente sorprendente”.
  

Una gran bienvenida para un gran lector

Al igual que muchos niños sirios, Nawwar aprendió a hablar inglés desde muy pequeño. A pesar de que tuvo que dejar la escuela a causa de los enfrentamientos, su trabajo en clase ha impresionado a Alec.

“Quiero decirles que Nawwar es uno de los mejores lectores de nuestra clase”, dice Alec. “En el tiempo que lleva aquí ha hecho muchos amigos, y probablemente hará muchos más este curso; le va muy bien en la escuela”.

“Todo el mundo está muy contento de tenerlo aquí.”


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