Un comienzo saludable para los bebés nacidos en los campamentos para desplazados de Iraq

Tres voluntarias de la salud están garantizando que los bebés nacidos en el campamento de Debaga tengan un comienzo de vida saludable

Por Chris Niles
UNICEF/UN032124/Mackenzie
16 Septiembre 2016

CAMPAMENTO DE DEBAGA, región de Kurdistán, Iraq, 16 de septiembre de 2016 – Al final de una jornada de verano, el campamento de Debaga está atestado de gente. Este asentamiento se construyó para acoger a unas 5.000 personas, pero la población ha crecido hasta superar las 36.000 en menos de seis meses con el aumento de los desplazamientos procedentes de pueblos y ciudades cercanas a la ciudad de Mosul.

Entre la colorida multitud del campamento, se distingue a tres mujeres jóvenes que visten abrigos de un blanco inmaculado y llevan una carpeta entre las manos.

Maisaa, Suha y Muntaha, que viven en el campamento, son voluntarias de la salud gracias a la ayuda de UNICEF y el Departamento de Salud. Se detienen frente al refugio temporal de una familia desplazada de Mosul y se quitan los zapatos antes de entrar al salón. El interior es frío y unos colchones hacen de paredes. En el centro de la habitación está Ruqayya, un bebé recién nacido que duerme bien tapado en una cuna de madera. Maisa habla con la madre de Ruqayya acerca de la salud del bebé y le entrega un folleto que explica los beneficios del amamantamiento. A continuación, le quita al bebé las mantas y le toma la temperatura.

Ruqayya, que solo tiene siete días, es la viva imagen de la salud.

UNICEF/UN032130/Mackenzie

Ruqayya, de siete días, duerme en una cuna en el refugio de su familia, en el campamento para desplazados de Debaga.

Atender a los residentes más jóvenes de Debaga

Cada mes nacen alrededor de 75 bebés en el campamento, y la labor de estas voluntarias de la salud consiste en identificar a las mujeres embarazadas para garantizar que tengan la información que necesitan para mantener sanos a sus bebés.

La financiación del programa procede de la Dirección General de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO). Las voluntarias realizan un máximo de seis visitas a las madres embarazadas y a los bebés de hasta 28 días. Además, animan a las madres a visitar la “caseta para bebés” del campamento, establecida con la ayuda de UNICEF y donde se controla el peso y el crecimiento de los niños. Aquellos que están por debajo su peso ideal, reciben suplementos nutritivos.

UNICEF/UN032125/Mackenzie

Las madres llevan a sus hijos a una unidad de supervisión del crecimiento y la nutrición establecida con la ayuda de UNICEF en el campamento de Debaga.

Vacunas

Antes de escapar de sus hogares, muchas de las familias del campamento de Debaga vivían en zonas que llevaban más de dos años controladas por grupos armados y carecían de acceso a servicios básicos de atención médica. Muchos de los bebés y los niños que llegaron al campamento nunca habían sido vacunados.

Con la financiación de la ECHO, UNICEF colabora con cuatro equipos de vacunación del campamento para garantizar que todos los niños estén al día de sus vacunas y desarrolla campañas especiales contra el sarampión y la poliomielitis. Una de estas campañas, dirigida a todos los niños menores de 15 años, acaba de concluir.

UNICEF/UN032130/Mackenzie

Muhannad, de 14 días, está tumbado en su cuna. Las voluntarias de la salud se alegran de haberlo encontrado visiblemente más grande que en su última visita.

Un servicio valioso

Las voluntarias prosiguen su ronda y visitan al bebé Muhannad, que tiene 14 días. Se trata de la segunda visita que hacen a la familia, y se nota que se alegran al darse cuenta de que Muhannad está visiblemente más grande que la última vez.

“Es difícil vivir en un campamento con niños pequeños”, dice Suha. “Las madres no saben qué hacer, así que nosotras prestamos un servicio valioso”.