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MENA Reportaje sobre Iraq

© IMC Iraq/2008

Personal del Cuerpo Médico Internacional, apoyado por UNICEF, trabaja con miembros de la comunidad para instalar tanques de agua en el subdistrito de Latifiya, prefectura de Baghdad. La inseguridad dificulta el acceso humanitario.

EL AGUA POTABLE Y EL SANEAMIENTO MEJORAN LA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS Y NIÑAS IRAQUÍES

LATIFIYA, Gobernación de Bagdad, Iraq, septiembre de 2009 - Los rayos del sol matutino se filtran por las rajaduras de las ventanas de la escuela primaria Al Haq, ubicada en Latifiya, un distrito de la Gobernación de Bagdad. En la amplia aula hay muy pocos pupitres y elementos escolares. El salón de clases no cuenta ni siquiera con un pizarrón. Media docena de niños y niñas se sientan alrededor de su maestro, que recita la lección del día. Entre ellos se encuentra  Muthanna, una niña de 10 años de edad cuyo rostro refleja impaciencia. Sus vivaces ojos negros recorren constantemente el aula y rara vez se detienen en el maestro. Pese a que Muthanna siente un intenso dolor en el bajo vientre, no pide permiso para ir al baño.

 Es que los retretes de la escuela están sucios, son insalubres y, con frecuencia, las cañerías están obstruidas por las aguas cloacales. Muthanna se siente cada vez más ansiosa porque recuerda que la semana anterior una amiga suya tuvo un “accidente” en la escuela y se sintió tan avergonzada por ello que desde entonces no ha regresado a clases. Todos los días, a Muthanna le atormentan sentimientos contrapuestos. Por un lado, el asco que le produce ir al baño en la escuela y por otro el temor y la humillación de no hacer sus necesidades, lo que podría causarle un “accidente”. Y sumado a todo eso, la incomodidad creciente que le causa no ir al baño.

 La sucesión de guerras, sanciones e intensos enfrentamientos sectarios de los últimos 30 años han privado de servicios básicos a los 30.000 pobladores de las aldeas de Al Dayrah, Al Haq y Al Zuhoor, en el distrito rural de Latifiya. Además, por razones de seguridad, en los últimos años ha disminuido el grado de acceso a esa población que tenían las organizaciones humanitarias. Los habitantes de la zona, y especialmente los niños, sufren el creciente deterioro de la educación, la atención de la salud y los servicios de agua y saneamiento ambiental.

En 2009, cuando las condiciones de seguridad experimentaron una leve mejoría, UNICEF se alió a Cuerpo Médico Internacional y envió un equipo de evaluación a la zona. “Ninguna ONG había visitado nuestra comunidad desde 1978”, asegura Mukhtar, jefe de la aldea de Al Haq. “La llegada del personal del Cuerpo Médico Internacional nos alegra mucho porque nuestra gente recibirá una ayuda que necesitaba desde hacía mucho tiempo”.

Debido a que las deficiencias del suministro de agua y saneamiento en las tres escuelas primarias de Latifiya ponían en peligro la salud de 1.400 alumnos, disminuían la asistencia a clases y limitaban las posibilidades de aprender de los estudiantes, además de causarles estrés y ansiedad, UNICEF y el Cuerpo Médico Internacional se aliaron con el objetivo de rehabilitar los ruinoso sistemas de agua corriente de los tres establecimientos.
“Ahora”, exclama jubilosa Muthanna refiriéndose a los resultados de esa alianza, “no me da vergüenza usar la letrina. En los baños tenemos agua en los inodoros y para lavarnos las manos. Ya no tenemos que preocuparnos por ensuciarnos cuando vamos al baño”.

UNICEF también colabora con el Cuerpo Médico Internacional en la organización de equipos que les imparten a los niños y niñas prácticas de higiene personal, cómo eliminar los desperdicios y excrementos, y otros hábitos de vida saludables. De esa manera se reducen los riesgos de que los niños contraigan enfermedades prevenibles. En las aldeas iraquíes, la información se difunde en gran medida de persona a persona. Por ello, las nuevas clases de higiene que reciben los niños han tenido efectos importantes no sólo para ellos sino también para las comunidades en que viven.

“Yo les conté a mis hermanos, mis hermanas y mis padres lo que me habían enseñado sobre las prácticas higiénicas y cómo lavarme las manos”, relata Muthanna. “Y ahora siempre nos lavamos las manos con jabón antes de comer, para no enfermarnos. Me alegra que los voluntarios (del Cuerpo Médico Internacional) hayan venido a mi escuela, porque ahora sé que el agua sucia me enferma y también he aprendido a cuidar mi salud”.

UNICEF brinda apoyo a las actividades de rehabilitación y mejoramiento de los servicios de agua y saneamiento de 42 escuelas a las que asisten unos 20.000 niños y niñas. Asimismo, realiza gestiones ante el gobierno para garantizar que los alumnos y alumnas dispongan de instalaciones de agua y saneamiento adecuadas en las escuelas.