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TACRO Reportaje sobre Haití

© UNICEF Haiti/2009

Unos niños juegan en un centro dirigido por la ONG italiana AVSI y apoyado por UNICEF. El centro ofrece ayuda psicosocial a los niños afectados por conflictos y desastres naturales.

ALIADOS EN LA PREPARACIÓN: LISTOS PARA RESPONDER A LOS HURACANES

PUERTO PRÍNCIPE, Haití, 21 de septiembre de 2009 – Gonaïves, la tercera ciudad en importancia de Haití aún no se había recuperado de las inundaciones causadas en 2004 por el huracán Jeanne cuando fue azotada por los vientos de más de 160 kilómetro por hora del huracán Hanna, en septiembre de 2008.

La violenta crecida que provocó Hanna destruyó completamente el sistema de suministro de agua. Ante esa situación, UNICEF sumó fuerzas con tres ONG internacionales aliadas (Action Contre la Faim, CARE y Oxfam) y encabezó una iniciativa orientada a restablecer el sistema de suministro de agua potable a los 30.000 habitantes de Gonaïves.

“En materia de cobertura, empezamos de cero. Desde entonces hemos rehabilitado 600 pozos y suministrado un promedio diario de 25 litros de agua potable por persona”, explica Julien Kossi Atchade, Especialista en Agua y Saneamiento de la Oficina de UNICEF en Haití.

El huracán Hannah fue uno de los cuatro violentos huracanes que se abatieron sobre Haití en 2008. Esa serie de desastres naturales provocó el desplazamiento de más de 800.000 personas, entre ellas unos 300.000 niños y niñas. Además de destruir decenas de miles de hogares y más de un millar de escuelas, lo que interrumpió la educación de unos 200.000 alumnos y alumnas, los huracanes y las inundaciones destruyeron las cosechas en muchas partes del país.

Esa sucesión de desastres prácticamente agotó la capacidad del gobierno de Haití y los organismos internacionales de atender varias situaciones de desastre al mismo tiempo.

En la actualidad, Haití cuenta con mejor preparación, ya que pese a que en 2009 en el Caribe se formaron varias depresiones tropicales, el Gobierno dispone de una nueva estrategia nacional de reducción del riesgo de desastre que consta de planes de contingencia apoyados por los organismos de las Naciones Unidas y otros aliados.

Mediante ese nuevo plan de preparación, UNICEF suministrará una variedad de equipos y elementos, como tiendas de campaña, tabletas de depuración del agua, botiquines médicos e higiénicos, mantas, equipos de cocina y sistemas móviles de tratamiento del agua. Esos materiales han sido almacenados en forma preventiva en ocho zonas estratégicas del país.

Asimismo, se ha creado una red de ONG aliadas que, en caso necesario, estarán a cargo de la distribución de los materiales de UNICEF, que han sido almacenados en depósitos del Programa Mundial de Alimentos y de varias ONG en el terreno. También se cuenta con herramientas de evaluación del estado nutricional de los lactantes y las mujeres embarazadas para detectar rápidamente sus necesidades inmediatas en caso de desastre.

Los preparativos para las situaciones de emergencia no se limitan al acopio preventivo de suministros o a la adquisición de herramientas de evaluación. En los países en los que son frecuentes los desastres naturales, como Haití, los niños y niñas pueden sufrir graves traumas emocionales, lo que les convierte en las víctimas más vulnerables. En 2008, por ejemplo, el huracán Ike, el cuarto que castigó a Haití esa temporada, provocó en la ciudad de Cabaret una inundación cuyas aguas torrentosas arrastraron a muchas familias, niños, niñas, animales y escombros.

“Los niños de esta región aún están traumatizados”, explica Simeon Biguener, especialista en apoyo psicosocial pediátrico de un centro de atención de la salud de la ONG Associazione Volontari per il Servizio Internazionale, que recibe apoyo de UNICEF. “Aún hoy siguen sintiendo temor cuando oscurece y se tienen que ir a dormir. Algunos se despiertan gritando durante la noche”.

El horror de aquel desastre también afecta a los padres. De las 70 personas que murieron en la crecida, 11 fueron niños y niñas. “Esa noche perdí a mi hija de dos años”, dice en un susurro una mujer llamada Jeanne durante una reunión de orientación psicológica para madres en Cabaret. “Me quería morir. Afortunadamente, comencé a venir al centro, y aunque aún sufro mucho, al menos ahora quiero seguir viviendo”.

La red de aliados de UNICEF continúa brindando atención psicosocial a los niños, niñas y mujeres de las regiones más afectadas por los huracanes. Los voluntarios capacitados que participan en la iniciativa siempre están preparados para brindar apoyo psicosocial y protección a los niños y niñas en casos de crisis urgente. Como parte de la iniciativa se han designado sitios específicos donde, de ser necesario, se instalarán refugios y albergues en los que también podrán funcionar escuelas provisionales y puestos de orientación psicológica.

“El grado de preparación que logramos para la temporada de huracanes de 2009 constituye un buen ejemplo del aprovechamiento de las lecciones obtenidas”, afirma el Sr. Atchade.  “Tanto los organismos de socorro, como el gobierno y todos nuestros aliados pudimos evaluar rápidamente las necesidades y poner en práctica lo aprendido de los desastres de 2008. Ahora contamos con un mecanismo de respuesta coordinada. Y en comparación con nuestra situación en 2008, estamos mucho mejor preparados”.

Cuando comenzó la temporada oficial de huracanes de 2009, el Gobierno haitiano tomó medidas adecuadas para mantener informada a la población acerca de las medidas de prevención y seguridad. A tal fin, empleó una serie de anuncios breves de radio y televisión para concienciar a la población, así como los informes de su propio centro de alerta temprana de los huracanes. La alianza que formaron el Gobierno de Haití, UNICEF y otros organismos y organizaciones ahora está preparada para lo peor.