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AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE COLOMBIA: REPORTAJE

© UNICEF Colombia/2008

Los estudios de Yorgen Leandro Robles, 15, fueron interrumpidos cuando su padre fue asesinado hace seis años. Hoy está de regreso en la escuela y asiste a un projecto del UNICEF de protección de la infancia y prevención del reclutamiento en el Catatumbo.

LA HISTORIA DE UN NIÑO QUE NO SE DABA POR VENCIDO...

Esta es la historia de un niño que vivía con su familia en una vereda. Tenía nueve años. Su escuela estaba a media hora de su casa, y estaba en segundo curso. Jugaba con sus amigos. Era feliz... hasta un día en que unos hombres armados llegaron a su aldea y mataron a numerosas personas.

La familia decidió abandonar la granja en la que vivían, su vereda y a sus amigos. Pero dos días antes de que marcharan a la ciudad, los hombres armados acabaron con la vida del padre del niño. Éste quedó muy triste porque su padre había sido muy bueno con él.

En la ciudad le dejaron bajo el cuidado de su hermana. Se sentía solo y echaba de menos el afecto de su familia, dado que su madre se había trasladado a otra localidad en busca de un empleo y sus hermanos trabajaban durante todo el día como sastres. Pero varios meses después su madre le mandó buscar porque había encontrado otro esposo, que tenía un hijo de su misma edad. Eso le hizo sentirse bien. Pudo regresar a la escuela, y obtuvo buenos resultados.

Al finalizar el año escolar sus hermanos le dijeron que los hombres armados habían dejado la aldea, y que de nuevo habían vuelto a trabajar en la granja con el fin de recuperar lo que habían perdido. Debido a que su situación económica era precaria decidió unirse a ellos y trabajar. Pensaba que estudiar no era importante en la vida, que no servía para nada.

Sin embargo, un año más tarde un hombre llegó a la aldea para reclutar a niños y llevárselos a una fundación situada en una localidad llamada Abrego, donde recibirían una educación, alimentos, ropa, etc.

El niño se despidió de sus hermanos. Antes de irse, pensó: "mataron a mi padre, yo trabajo limpiando hojas de coca, y mi madre tiene un marido. Muchos de mis hermanos han encontrado con quién casarse y tienen su propio hogar. Pero ¿qué va a ser de mí?" A lo que él mismo se dijo: "Me convertiré en uno de los mejores niños de esa fundación".

En la actualidad este niño de 15 años, Yorgen Leandro Robles, es un buen estudiante. Participa en un nuevo proyecto de protección infantil que se ha puesto en marcha con el apoyo de UNICEF en el municipio de Abrego, en Catatumbo, Norte de Santander.

Iniciado en 2006, el objetivo de este proyecto es prevenir la afiliación voluntaria y el reclutamiento de niños y niñas por parte de los grupos armados -en especial de niños y niñas desplazados o que trabajan- promoviendo entornos y estructuras de protección en el seno de la familia, la comunidad y las instituciones pertinentes. Además promueve la participación y el desarrollo de estrategias vocacionales, educativas, culturales y deportivas a escala comunitaria. Hasta la fecha se han beneficiado de este proyecto 1.970 niños, niñas y adolescentes.

Cuando finalice sus estudios, Yorgen quiere ser arquitecto, tener un hogar, ser muy feliz y ayudar a aquellos que necesiten su apoyo. Este es el mensaje que deja para todos: "A pesar de las dificultades que aparezcan en el camino, no te des por vencido, ten coraje: todo es posible, incluso cuando las cosas van mal".