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ÁFRICA ORIENTAL Y MERIDIONAL MADAGASCAR: REPORTAJE

Ayudando a los niños malgaches a volver a la normalidad tras la estación de ciclones

© UNICEF Madagascar/2007

Escuela temporal al norte de Madagascar. La temporada de ciclones de 2007 destruyó alrededor de 659 aulas por todo el país. UNICEF proporciona tiendas y kits de « escuela en una maleta» para garantizar que los niños y las niñas vuelvan a la escuela.

En la región septentrional de Madagascar, la última estación de ciclones ha destruido todo lo que ha encontrado a su paso: carreteras, puentes y comunidades enteras – más de 1.500 hogares, más de 100 aulas y muchos centros de salud han sido devastados.

“Estaba jugando con mis amigos cuando empezó a llover intensamente. Nuestra aldea está muy cerca del río y nos asustamos cuando el nivel del agua empezó a subir,” explica Razanajandry, de 14 años de edad. La mayoría de las casas en las comunidades de Ambondrona y Ambodimadiro han desaparecido bajo las inundaciones, dejando a cientos de personas sin cobijo.

“Cuando corrí a casa, mis padres estaban recogiendo nuestras pertenencias para huir lo más rápido posible. Pocos minutos después, las inundaciones habían destruido mi casa y todo desapareció bajo el agua,” recuerda Razanajandry con tristeza.

Las necesidades más urgentes para la población afectada eran alimentos, agua potable, medicamentos esenciales, refugio, saneamiento, utensilios de cocina y materiales educativos. Pocos días después de las inundaciones, UNICEF proporcionó suministros de emergencia a los más afectados. Sin embargo, la destrucción del sistema nacional de carreteras y el aislamiento de la mayoría de las comunidades asoladas por las inundaciones plantearon problemas logísticos a las acciones de socorro. Hasta la fecha se han utilizado todos los medios de transporte –camiones, botes y helicópteros– para llegar a la población afectada.

Las repentinas inundaciones también destruyeron el pozo para la captación de agua de la comunidad de Razanajandry. Para prevenir los riesgos de enfermedades de origen hídrico y brotes epidémicos, UNICEF distribuyó kits familiares de agua, artículos de higiene, suministros para la purificación del agua de los hogares, contenedores y jabón. Con el fin de restaurar el suministro de agua y mejorar la calidad del agua potable y el acceso a la misma, UNICEF también reconstruyó el pozo, de manera que las mujeres y los niños ya no tuvieran que caminar largas distancias para ir a buscar agua de manantiales y corrientes.

A mediados de marzo tuvieron que suspenderse temporalmente las clases, ya que las escuelas habían sufrido importantes daños. Razanajandry, que cursa el quinto grado de la escuela primaria, estaba muy preocupado. Estaba ansioso por aprobar los exámenes y obtener el certificado de estudios primarios en junio. No obstante, con la interrupción de las clases, le iba a resultar muy difícil obtener el título y proseguir sus estudios en la escuela secundaria.
 
Se estima que, en todo Madagascar, 659 aulas quedaron destruidas como consecuencia de la estación de ciclones. UNICEF centró su respuesta en lograr que los niños volvieran a la escuela y, a tal fin, proporcionó tiendas y kits de ‘escuela en una maleta’ en un intento por facilitar una pronta vuelta a la normalidad. Tras las vacaciones de Pascua, todos los niños volvieron a asistir a clases. Razanajandry aprobó los exámenes y obtuvo el certificado de estudios primarios a finales de junio.

Ahora bien, una vez que los niños han vuelto a la escuela hay que mejorar las condiciones. “Se han matriculado más de 112 niños,” explica la Directora de la escuela de Ambondrona, Lalauairina Perle. “Como no hay espacio suficiente en la tienda para albergar a todos los estudiantes a la vez, hemos organizado dos turnos, uno por la mañana y otro por la tarde. Es realmente urgente construir una nueva escuela similar a la que teníamos antes de las inundaciones para satisfacer las necesidades de todos los estudiantes matriculados,” añade la Sra. Perle.

UNICEF está reconstruyendo 95 aulas en cinco regiones afectadas por los ciclones, siendo una de ellas Ambondrona. Se está llevando a cabo la construcción de otras 90 aulas resistentes a ciclones con la participación de la comunidad. Se espera que dichas estructuras estén listas antes de que comience en septiembre el año escolar 2007/2008.