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ÁFRICA ORIENTAL Y MERIDIONAL KENYA: REPORTAJE

Los niños de Kenya sufren los conflictos étnicos

© UNICEF Kenya

Una entrevista con Makena (nombre ficticio), víctima del desplazamiento interno, una de las 66.000 personas que huyó de la violencia causada por una disputa de tierras en el distrito de Mount Elgon, en el oeste de Kenia.

Titus, de 10 años de edad, y su familia no tuvieron más remedio que huir cuando, a finales del año pasado, estallaron los conflictos étnicos en el distrito de Mount Elgon, situado en la región occidental de Kenya.

“Era muy peligroso permanecer allí. La gente luchaba por la tierra y algunos decían que los askaris (guardias de seguridad) les estaban torturando. Ahora mi familia y yo vivimos con mi tío. La situación es mejor, pero incluso aquí la gente sigue luchando,” comenta el alumno de segundo grado, que desde entonces ha ingresado en la Escuela Primaria Kaptoboi, cerca de su nuevo ‘hogar’.

De no haber huido, Titus y su familia podrían haber sido asesinados en el episodio de violencia que estalló en diciembre del año pasado, y que no cesa. Los conflictos que, según se decía, fueron desencadenados por una disputa por la tierra, se han cobrado hasta la fecha más de cien vidas, incluyendo los niños que han muerto como resultado de las terribles condiciones en que vivían, expuestos a la enfermedad y a la pobreza.

UNICEF ha condenado la violencia y ha pedido al Gobierno que proteja la vida de los niños en las zonas afectadas. “Los niños están traumatizados por estas atrocidades. No pueden aprender en la escuela como es debido. Los daños pueden perdurar mucho tiempo, salvo que los niños reciban cuidados y el apoyo de especialistas,” dijo UNICEF en una declaración hecha a la prensa.

Titus y su familia tuvieron suerte de tener un tío en la división vecina. Aquellos que no tuvieron tanta suerte se refugiaron en instalaciones escolares y en recintos pertenecientes a la iglesia, donde vivían en la miseria, dependiendo de las donaciones de alimentos y artículos domésticos de otras personas. Según las informaciones, un total de aproximadamente 66.000 personas han huido de sus hogares, de las cuales unas 4.000 han cruzado la frontera de Uganda en calidad de refugiados.

Los conflictos también han afectado a la educación, y se han cerrado 33 escuelas del distrito. Las que permanecen abiertas están congestionadas, debido a la afluencia de niños que huyen de la violencia en sus hogares. Las instalaciones de saneamiento de la escuela no dan más de sí. En algunas zonas, la tasa de matriculación ha caído nada menos que un 60 por ciento, dado que las familias desplazadas se dirigen a un lugar seguro. En abril, al final del primer trimestre escolar, 236 niños habían abandonado la escuela a raíz de los desplazamientos y las tensiones en la zona. Asimismo, las viviendas de los profesores, los libros escolares, los uniformes y las mochilas fueron incendiados.

Los conflictos también han interrumpido la inmunización y han provocado un acusado descenso de la asistencia a clínicas prenatales y a centros de asesoramiento y pruebas de detección voluntarios en Kopsiro y Cheptais. La pérdida de refugios, vestimenta y mosquiteras, el hacinamiento y la mala nutrición son aspectos, todo ellos, que contribuyen a aumentar los casos de neumonía, paludismo y fiebre entérica y las infecciones de transmisión sexual.

UNICEF está cooperando con los Ministerios de Salud y Educación, el Departamento de Infancia y la Sociedad de la Cruz Roja de Kenya para ayudar a aliviar el sufrimiento de las familias, suministrando medicamentos a instalaciones sanitarias, cubiertas de plástico, mantas, bidones y jabón.

UNICEF ha enviado kits de enseñanza y pupitres a las zonas afectadas para los niños que huyeron de sus hogares y que ahora abarrotan las escuelas en lugares más seguros. UNICEF también está ayudando al Departamento de Infancia a fortalecer el control y la denuncia de casos de abuso y apoyando a la Sociedad de la Cruz Roja de Kenya para mejorar la localización y difusión de información sobre dónde pueden dirigirse las familias para solicitar ayuda.

El Gobierno ha desplegado fuerzas de seguridad en el distrito para restaurar la paz. Sin embargo, debido al clima de intimidación imperante, las familias y personas que han sido agredidas no pueden denunciar a sus agresores por temor a que continúe la violencia.

Se cree que los conflictos en el distrito de Mount Elgon se originaron a raíz de una antigua disputa por la tierra que enfrenta a dos comunidades. A UNICEF le preocupa que la crisis de la tierra, que se ha prolongado durante más de 30 años, continúe generando violencia y sufrimiento en la actualidad.

El Gobierno anunció recientemente la revocación de una polémica asignación del Plan de Asentamiento de la Tierra de Chebyuk, a la que se culpa por los conflictos. Con todo, las tensiones todavía prevalecen. Sólo con los esfuerzos sostenidos de UNICEF y sus aliados, los niños como Titus podrán sobrevivir y alcanzar su pleno potencial.