Informe de acción humanitaria 2007 – Página principal

REPÚBLICA DEL CONGO

Ayudando a los ex niños soldados a volver a la escuela en el Departamento de Pool, Congo

“Muchas veces, por la noche, no puedo dormir. Mis sueños están llenos de cosas horribles, cosas que hice y que presencié durante la guerra. No puedo olvidar al comandante, que nos pedía que fuésemos violentos y despiadados. Solía decir que estaba orgulloso de mí y me llamaba su ‘pequeño pimiento picante’. Durante tres años, hice todo lo que me pidió que hiciera. Lo hice todo. Hice cosas muy malas, cosas que ni siquiera puedes imaginarte. Maté, violé, quemé casas, destrocé plantaciones, torturé... Estuve por todo el  bosque de Kibouendé y Kindamba.

Cuando finalizó el conflicto, el comandante cogió mis armas y las de mis compañeros. Con nuestras armas podíamos intimidar a los granjeros y obtener lo que queríamos. Pero sin armas, comer empezó a resultar difícil porque ya no les podíamos obligar a que nos dieran comida. Finalmente, debilitado y muerto de hambre, decidí volver a casa, a mi aldea nativa, Louingui.

Los aldeanos me dieron la bienvenida sin decir palabra, sin ningún reproche, con cierta indiferencia. Al principio, permanecía dentro de casa todo el tiempo; me encerré allí. Me sentía culpable y tenía miedo de salir. Me asustaba que alguien pudiese señalarme con el dedo y darme una paliza, o incluso matarme por lo que había hecho. Me sentía terriblemente aislado y solo; no tenía a nadie con quien jugar, a nadie con quien hablar.

Un día, el director de la escuela vino a verme. Me habló sin culparme o amenazarme, me dijo que, en este asunto, yo había sido tanto un ejecutor como una víctima. No entendí todo lo que me dijo, pero me hizo sentir mejor. Además añadió que iba a ayudarme a volver a la escuela. El Jefe del Distrito le había dicho a él y a los otros directores que UNICEF iba a ayudar a los niños que habían estado implicados en la lucha a volver a la escuela. 

Aproveché la oportunidad y me uní a los voluntarios. UNICEF nos proporcionó el equipamiento escolar: libros de ejercicios, lápices, libros de texto... Mira, está todo en mi bolsa de UNICEF. Estoy muy orgulloso. Ahora tengo muchos amigos, y estoy trabajando muy duro.

Ahora tengo 15 años. He perdido tres años de escuela. Sin embargo, encontré a mis padres y he vuelto al colegio. Quizás me convertiré en un profesor cuando crezca.

Tengo un deseo, que todos los niños tengan la oportunidad de sobrevivir y crecer en familias y comunidades armoniosas, que les enseñen a ganarse el sustento con trabajos honrados y que puedan vivir en un entorno pacífico.”

© UNICEF Congo/2006

Frinel, 15, ex niño soldado, Louingui, Departamento de Pool, República del Congo.