Informe de acción humanitaria 2007 – Página principal

GEORGIA

La mayoría de las escuelas de Abkhazian necesitan urgentemente ser rehabilitadas

“Mi día comienza al amanecer cuando me levanto y ayudo a mi padre con el ganado,” dice Raimond, un estudiante de 17 años de la Escuela Agu Bedia, en el distrito de Tkvarcheli en Abkhazia. “Camino 3 km. hasta la escuela con mis cuatro hermanos y hermanas. En invierno, cuando hay nieve es muy difícil y hace mucho frío. Sin embargo, somos afortunados; algunos niños tienen que caminar 7 ó 8 km. en cada sentido.”

Durante la guerra de 1992-1993, la Escuela Agu Bedia fue utilizada como un cuartel militar rural. Con el cese de las hostilidades en el año 1994, la escuela comenzó de nuevo a funcionar y lo hizo hasta el año 2000, cuando estuvo disponible un nuevo edificio administrativo financiado por la ONU. Sin embargo, ese mismo año escolar, los estudiantes se vieron forzados a abandonarlo cuando una bomba fue detonada en su edificio durante las reñidas elecciones locales. Casi todas las ventanas estallaron, el equipamiento estaba dañado o quemado, y la biblioteca y las aulas de química y física destrozadas.

No hay ni suministro eléctrico ni agua, y las letrinas no están en condiciones para los niños. “No tenemos agua en la escuela y nuestro baño está horrible”, sigue contando Raimond. “Si queremos algo de beber, tenemos que ir a las casas de los vecinos del pueblo y pedirles agua de pozo. También podríamos tener un bonito campo para practicar deportes en la escuela, pero no hay ninguna vaya que delimite la propiedad. El terreno está lleno de cerdos y vacas que lo dañan todo. Aunque tampoco importa, proque de todas maneras, no tenemos ningún equipamiento deportivo que usar.” 

Como en los otros sectores públicos de Abkhazia, el sistema educativo, diseñado a partir del modelo soviético, no puede satisfacer las apremiantes necesidades de los estudiantes. El sistema operaba con una considerable falta de recursos tanto durante como después del conflicto, y la infraestructura es ahora muy escueta. La inmensa mayoría de las escuelas necesitan desesperadamente serios trabajos de mantenimiento, y en ocasiones una completa rehabilitación. Los fondos son escasos puesto que las escuelas sólo se benefician de las sumas recolectadas entre los padres de los alumnos, que también contribuyen al pago de los salarios de los profesores.

La mayoría de las escuelas carecen de cualquier equipamiento básico o específico: las mesas, sillas y pizarras están en malas condiciones y en algunos casos inutilizables; los suministros básicos como la tiza, los lápices y los cuadernos son difíciles de conseguir; los materiales de los profesores y estudiantes de los cursos superiores, como por ejemplo el equipamiento para ciencia, prácticamente no existen. No se dispone de libros de texto suficientes y normalmente son muy viejos; los estudiantes de la zona de conflicto reciben, en su mayoría, la educación en ruso, ya que los únicos libros disponibles son donaciones realizadas en una única ocasión por parte de la Federación Rusa.

Todas las escuelas carecen de profesores cualificados. El apoyo de las autoridades locales es mínimo y a menudo los salarios se reciben meses más tarde, si es que se reciben. A pesar de los salarios extremadamente bajos, los profesores siguen haciendo funcionar las escuelas incluso aunque, dadas las condiciones de trabajo, no haya perspectivas de reemplazo generacional. La falta de recursos no permite ninguna formación sobre metodologías de educación avanzadas. Muchos profesores cualificados han abandonado la profesión por trabajos mejor pagados y muchos de los profesores que quedan son jubilados que han vuelto, ante la falta de otras oportunidades. En este entorno, los profesores no están en situación de proporcionar apoyo psicosocial cuando detectan comportamientos problemáticos debidos a las situaciones estresantes a las que deben enfrentarse los niños.

UNICEF Georgia abrió su primera oficina en Abkhazia en noviembre de 2005, y desde entonces ha aumentado su apoyo a las mujeres y niños de la región. Para el año escolar 2005-2006, 135 escuelas (más de 20.000 estudiantes) recibieron suministros básicos para los estudiantes y profesores. Junto con otras agencias de la ONU, UNICEF también ha realizado una evaluación inicial de las escuelas y ha seleccionado varias para su total rehabilitación, siendo una de ellas la Escuela Agu Bedia. Además de la rehabilitación estructural, las escuelas recibirán nuevo equipamiento: mesas, sillas, pizarras y bibliotecas abastecidas. Se formará a los profesores en metodologías de habilidades para la vida para ayudarles a responder a las necesidades de los estudiantes. Por desgracia, las limitaciones presupuestarias han dejado por el momento en suspenso este importante proyecto y, sin el apoyo de un importante donante, seguirá sin ejecutarse.

© UNICEF Georgia/2006

La escuela Agu Bedia necesita una profunda rehabilitación, como la mayoría de las escuelas de Abkhazian.