Seis formas en las que UNICEF ha ayudado a cambiar vidas en 2017
Descubre cómo UNICEF llega a los niños más vulnerables del mundo
Si echamos la vista atrás en el panorama humanitario de 2017, es probable que veamos solo los aspectos negativos: conflictos que no parecen tener fin, niños que son blanco de ataques y que no cuentan con un lugar seguro para refugiarse, y amenazas naturales que han destruido millones de hogares y vidas. Sin embargo, en medio de todo el desastre, hay algún atisbo de esperanza: niñas a las que se ha salvado de matrimonios precoces, niños que han regresado a la escuela y recién nacidos a los que se ha vacunado contra enfermedades mortales. Ya sean el resultado de una respuesta humanitaria coordinada o simplemente un acto de bondad, esos momentos nos recuerdan que somos capaces de lograr cambios positivos incluso en las peores circunstancias. A continuación, hemos reunido seis ocasiones en las que UNICEF y sus aliados han ayudado a mejorar y salvar las vidas de los niños este año.
El largo viaje de María a la salud
En febrero de este año se declaró la hambruna en algunas partes de Sudán del Sur. Aunque la hambruna a gran escala ha sido evitada hasta ahora, la situación sigue siendo grave, y se estima que en 2018 más de un millón de niños estarán desnutridos. María, de dos años, presentaba desnutrición grave y complicaciones médicas cuando la ingresaron en un centro de tratamiento que recibía ayuda de UNICEF. Solo un mes más tarde se había recuperado por completo. María es una de los más de 600.000 niños a los que UNICEF y sus aliados han tratado en los últimos cuatro años.
Grupos de voluntarios luchan contra el cólera en Yemen
A finales de abril, Yemen sufrió el peor brote de cólera del mundo y de diarrea líquida aguda que se propagó rápidamente por el país a medida que la guerra destruía los sistemas de sanidad y salud. Los niños fueron los más afectados; representaron la mitad de los posibles casos y una cuarta parte de las muertes. Con el fin frenar el brote y prevenir la aparición de nuevos casos, UNICEF prestó su ayuda a miembros de las comunidades que se movilizaron para enseñar a los vecinos a proteger el agua, los alimentos y a sus familias. “El cólera es una enfermedad peligrosa que mata”, aseguró Fathya. “Uno de mis hijos lo tuvo, y por eso quise dedicarme a ayudar como voluntaria”. Aunque la epidemia sigue siendo grave, el número de casos nuevos comenzó a disminuir en octubre.
La peligrosa ruta para ir a la escuela de Karyna
El este de Ucrania es uno de los lugares más contaminados con minas del planeta, lo que pone en peligro a 220.000 niños que viven, juegan y van a la escuela en zonas repletas de minas terrestres, municiones sin detonar y otros restos explosivos mortales de la guerra. La familia de Karyna sigue viviendo cerca de la línea de enfrentamiento y, cada día, de camino a la escuela, ella se enfrenta al peligro de quedar herida o morir. Gracias a una campaña de educación sobre el peligro de las minas llevada a cabo con la ayuda de UNICEF, Karyna ha aprendido a evitar amenazas de manera segura.
Umar: nacido en un campamento de refugiados
Cuando estalló la violencia en el estado de Rakhine, en Myanmar, en agosto, más de medio millón de personas huyeron a Bangladesh por la frontera. El 60% de ellos eran niños. Umar nació en un campamento de refugiados poco después de que su madre cruzara la frontera y, al carecer de alimentación adecuada, no tardó en quedarse desnutrido. UNICEF ha intensificado su respuesta de emergencia (que incluye tratamiento para la desnutrición y otras enfermedades) y, con ello, ha ayudado tanto a Umar como a su madre a recuperarse por completo. Esta es su historia >>
Niños unidos para recuperarse del huracán Irma
A finales del verano y principios del otoño de 2017, varios huracanes consecutivos (Harvey, Irma y María) arrasaron a su paso las islas del Caribe Oriental, Haití y Cuba. En Barbuda, más del 90% de los edificios resultaron dañados o destruidos. Después de perder sus hogares y sus escuelas, la mayoría de los residentes evacuaron a Antigua, donde sus compatriotas los recibieron con los brazos abiertos. Bella Rian Jackson, de seis años, fue una de los voluntarios que trabajaron en los refugios que acogían a familias desplazadas de Barbuda. “Si los niños no pudieran venir aquí, no tendrían adónde ir”. UNICEF había preparado suministros de emergencia para la isla y ofreció actividades educativas y apoyo psicosocial para los niños desplazados por la tormenta. Aquí puede saber más sobre la respuesta >>
Waibai progresa en el acceso digital
Waibai tiene 12 años y vive en la Región del Extremo Norte de Camerún, donde se han registrado ataques frecuentes de Boko Haram. Ella y su familia se vieron obligados a escapar de sus hogares de Nigeria antes de instalarse en la aldea en la que viven ahora, donde la niña asiste a una de las primeras escuelas conectadas de la región. “Recuerdo la primera vez que utilicé internet. Fue en enero de 2017”, dice. “Antes de eso, ni siquiera sabía lo que era”. Además de haberles proporcionado tabletas y acceso a internet, el programa Conecta a mi escuela de UNICEF está ayudando a Waibai y a sus compañeros de clase a aprender nuevos conceptos, al tiempo que comienzan a conocer todo un mundo lleno de oportunidades. Esta es su clase conectada >>